BBC Mundo 03 Oct 2010 | 11:09 am - Por BBC Mundo
¿Deben prohibirse libros en las escuelas?
El tema lo trajo a colación la Asociación de Bibliotecarios Estadounidenses (ALA por sus siglas en inglés) en su Semana de los libros vetados. Registró 460 intentos en 2009 de retirar un libro de una biblioteca o de una clase escolar
Imagen de una estudiante | Mayra Hernández
Entre más éxito tienen los libros para los chicos, más quejas hay. En Estados Unidos se está librando una batalla por los libros.
De un lado se encuentran los padres preocupados que desafían las decisiones sobre los libros que son utilizados en las escuelas. Del otro, los padres que luchan por el derecho de sus hijos a acudir a una biblioteca escolar y elegir, precisamente, esos mismos libros.
El tema lo trajo a colación la Asociación de Bibliotecarios Estadounidenses (ALA por sus siglas en inglés) en su Semana de los libros vetados.
La ALA registró 460 intentos en 2009 de retirar un libro de una biblioteca o de una clase escolar. Una parte del problema es el auge de la ficción para adolescentes.
Casi 60 años después de la publicación de "El guardián entre el centeno", el mercado de las lecturas para adultos jóvenes es cada vez más lucrativo en todo el mundo.
Desde clásicos hasta contemporáneos
Muchos se aterran de encontrar un clásico como "El guardián entre el centeno" entre los libros censurados.
La serie "El crespúsculo" le ha generado millones de beneficios a su autora, Stephanie Meyer, pero también ha llevado su obra a lo alto de la lista de los diez libros más retados, por ser blanco de quejas de padres que consideran su contenido demasiado sexualmente explícito y su carácter poco apropiado para lectores jóvenes.
Sin embargo, a muchos les sorprenderá más el que tres clásicos de la literatura se encuentran en la lista: "El guardián entre el centeno", "El color púrpura" y "Matar a un ruiseñor".
"Me aterró que alguien clasificara estos libros de ofensivos", exclama Barbara Jones, directora de libertad intelectual de ALA.
El libro de Harper Lee, autor de Matar a un Ruiseñor, un clásico de la literatura estadounidense que explora temas como la violación y la desigualdad racial, ha sido propuesto para ser vetado por padres negros pues utiliza la palabra "nigger", que era la manera despectiva de referirse a la gente de color en la época.
Aparece 58 veces en el libro, según anota Jones.
Sexo explícito
Pero en la mayor parte de los casos, el problema se encuentra en torno al sexo y la sexualidad.
Lauren Myracle soportó un torrente de furiosos emails por parte de padres escandalizados por su serie de libros que se encuentran entre los más vendidos, sobre un grupo de adolescentes.
Los libros están escritos con un lenguaje similar al utilizado en los mensajes de texto de celulares y se llaman ttyl, ttfn, l8r y g8r.
"Es revelador la forma en la que me vituperan y se dirigen a mí. Están realmente enfadados", afirma. Un email típico diría algo así como "¿Qué te da el derecho de robar la inocencia de mi hijo?".
"Yo misma tengo un hijo adolescente que es un malhablado", dice Myracle. "Son chicas que están en el instituto y una está tratando de decidir si acostarse o no con su novio", explica, refiriéndose al tema de su novela.
Muchos de las propuestas para la prohibición de libros están dirigidas a las escuelas, y buscan establecer restricciones de lectura para chicos de entre 14 y 18 años.
Pero incluso libros para lectores más jóvenes, como la obra de Myracle llamada Doce (Twelve), pueden generar una oleada de quejas.
El libro describe a una niña que está tratando de entender cómo ponerse un tampón, y eso generó emails de enfado.
Myracle, por su parte, argumenta que para conectarse con los adolescentes hay que escribir de forma honesta sobre ellos. "Los chicos necesitan ver su mundo reflejado. Recibí emails de muchas chicas que me agradecían haber escrito sobre eso".
El atractivo de lo prohibido
Una de las luchas emblemáticas ha tenido como escenario la pequeña ciudad de Stockton, Missouri, por el libro de Sherman Alexie El diario absolutamente verídico de un indio de tiempo parcial.
Esta obra dividió en bandos a Stockton, Missouri.
La obra ganó el Premio Nacional del Libro, pero la historia de un adolescente de 14 años de edad, nativo americano en una reserva afectada por la pobreza, tocado por la tragedia, molesta a muchos padres en Stockton quienes se oponen a que se lea en el colegio.
"El libro es lleno de vulgaridad, blasfemia, obscenidad y la participación de menores de edad en actividades sexuales explícitas", dice. "La gente por aquí, un lugar muy rural y conservador, permiten muchas cosas, pero este libro rebasó el límite. No tiene cabida en una escuela", dice Mike Holznecht, el abogado y padre que dirigió la oposición.
Después de una serie de reuniones, la junta escolar votó a favor de retirar el libro de los programas escolares y la biblioteca de la escuela.
Cheryl Marcum fue una de las que defendieron la novela.
"Es uno de los mejores libros que he leído en mi vida. Los temas son la pobreza generalizada, el alcoholismo, la intimidación, el racismo y absolutamente sin esperanza. Todo esto se aplica al Condado de Cedar (donde queda Stockton)".
"Creemos que los padres tienen todo el derecho y la responsabilidad de supervisar lo que sus hijos lean. Pero no tienen el derecho de impedirle a otros niños la lectura de libros, particularmente libros premiados a nivel nacional".
Holzknecht acepta el libro es una "historia bonita", pero no puede aceptar la lengua o la explicitud sexual.
"Estamos sobreprotegiendo a nuestros hijos", opina Jones. "Ellos ya han escuchado ese lenguaje... probablemente es el que utilizan. No es peligroso para los niños exponerse a ideas desagradables. ¿Qué mejor lugar para engancharse con ideas que en una escuela o en una biblioteca?".
Y, por supuesto, el resultado neto de una batalla por un libro, como la que se dio en Stockton, es que más niños terminan por leer la polémica obra y el autor vende más libros. Incluso Holzknecht admite haber comprado tres copias.
"Esos comités se engañan a sí mismos si piensan que por vetar un libro los chicos no lo van a leer", dice Jones. Para los jóvenes, entre más prohibido, mejor.
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