Julio Andrés Borges
Martes, 5 de octubre de 2010
Los resultados del 26S fueron muy claros, los venezolanos exigen que la Asamblea Nacional discuta con todos los sectores y aprueben de forma perentoria mecanismos para reducir de forma contundente la inseguridad que nos agobia.
Luego de pasadas las elecciones, reiteramos nuestra exigencia de discutir cuanto antes una propuesta seria y completa sobre un Plan de Desarme.
Exhortamos que esto se realice en los próximos días, en lugar de estar pensando como pasarle por encima a la voluntad del pueblo.
Es por ello que reiteramos las premisas fundamentales de nuestra propuesta:
El foco de una propuesta de desarme debe estar en los mecanismos para lograr reducir de forma significativa y en el corto plazo la inmensa cantidad de armas en manos de la población, con estimaciones que van desde las 9 hasta 15 millones de armas a nivel nacional.
Estos mecanismos deben incluir tanto procedimientos que permitan la entrega de armas, como acciones coercitivas que logren decomisar aquellas asociadas a la delincuencia organizada, en particular a los comercializadores de armas ilegales en el país
Un caso especial a enfrentar de forma inmediata se refiere a los centros penitenciarios que se han convertido en foco para los comercializadores de armas ilegales y ha significado un incremento abrupto en la violencia y criminalidad dentro de nuestras cárceles. Resulta prioritario ubicar y retirar las armas existentes en manos de la población carcelaria.
De igual manera manifestamos nuestra profunda preocupación por la entrega indiscriminada de armas de guerra a la población civil, como es el caso de las Milicias impulsadas por el Gobierno. Esto es un total contrasentido a cualquier iniciativa seria de desarme que se implemente en el país
Otro de los pilares de nuestra propuesta de desarme es la destrucción inmediata y de forma pública de las armas incautadas. Todas las armas retiradas, sin excepción, deben ser registradas con sus características fundamentales, como es el caso de su registro balístico o huella para cualquier investigación policial posterior y procesos judiciales, e inmediatamente después ser destruidas de forma pública que permita la contraloría social por parte de los venezolanos y evitar a toda costa el actual reciclaje y reventa de esas armas incautadas. No existe justificación alguna para no hacerlo y mantener esas armas almacenadas
Son ideas con las que queremos emplazar al gobierno y a la Asamblea a ponerse en sintonía con el pueblo de Venezuela.
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