A esta conclusión llegó el economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela Ángel García Banchs, durante una conferencia que dictó a los asistentes a la Sexagésima Sexta Asamblea Anual de Fedecámaras, celebrada en Puerto Ordaz.
Demanda y disponibilidad.
Aseveró el expositor que la demanda de divisas por parte de los importadores y viajeros supera en 33% la capacidad disponible y a ello se deben todos esos mecanismos que se han venido implementando para ir dosificando la entrega de dólares.
Las reservas internacionales de Venezuela se ubican actualmente en 29 mil millones de dólares, según el portal del BCV. Ese monto sólo cubre cuatro meses de importaciones, pero las operativas, valga decir la disponibilidad en efectivo, es del 50% lo que indica la cobertura de necesidades por dos meses.
De seguidas explicó García Banchs que ese monto en las reservas actuales tiene la misma capacidad de pago y compras externas que los 8 mil millones de dólares disponibles en los meses previos a la devaluación decretada el 18 de febrero de 1983, mejor conocida como el viernes negro, que era de sólo cuatro meses.
Según las cuentas y cálculos del economista, el volumen requerido de reservas en divisa extranjera en estos momentos en el país debería ubicarse entre 65.000 y 70.000 millones de dólares. Eso indica que la disponibilidad está en 41,42% por debajo de los montos requeridos.
.
Crece la deuda.
A la baja disponibilidad de divisas en relación con los requerimientos se agrega la creciente deuda externa, tanto de la Nación, como de la industria petrolera, principal generadora de divisas en el país.
Si se le suma a la deuda actual la emisión de Bonos de Pdvsa por 3 mil millones de dólares, anunciada oficialmente el 12 de octubre y que estará a la venta a partir del 18, la deuda del país se ubicará en 112 mil millones de dólares, eso equivale a cuatro veces, las reservas totales y a ocho veces las operativas, dijo García Banchs.
Según un despacho de prensa de la referida Asamblea de Fedecámaras, todo hace indicar que en el futuro inmediato habrá una mayor escasez de divisas, se mantendrá la recesión, la restricción del gasto real del Gobierno y del consumo de las familias.
Para entender este último aspecto conviene asociarlo a la creciente inflación, lo que disminuye la capacidad de compra del venezolano, así como el estancamiento en la generación de puestos de trabajo, tanto en el sector privado, donde las inversiones se han reducido al mínimo indispensable, como en el sector público que, por disminución en los ingresos no ha podido seguir generando empleos, excepto en las empresas que ha expropiado, de donde también surgen desplazados laborales.
El problema que se le presenta al gobierno, a juicio del catedrático de la UCV, es que aún cuando es capaz de fijar la tasa de salario, no puede hacer lo mismo con el precio del petróleo. El consumo se estanca porque se desploma el salario real, el ingreso real de los hogares de la economía informal, el crédito real a los hogares, y porque las cuentas bancarias de los hogares ya han caído demasiado.
A todo esto se agregará una nueva devaluación, dadas las actuales circunstancias.
Lo que no se sabe es para cuanto, ni en qué porcentaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario