España incumplirá su compromiso ante la UE de reducir el déficit público al 6% del PIB en 2011, aunque por un margen estrecho de cuatro décimas. Esta desviación se debe a que, después de contraerse un 0,2% este año, la economía española sólo crecerá un 0,7% el año que viene y no un 1,3% como ha vaticinado el Gobierno, según las previsiones económicas de otoño que ha publicado este lunes la Comisión Europea. El crecimiento se acelerará hasta el 1,7% en 2012.
El Ejecutivo comunitario resalta que "el Gobierno se ha comprometido a aplicar medidas adicionales si se observan desviaciones respecto a la ejecución presupuestaria esperada".
España, Irlanda (-0,2%) y Grecia (-4,2%) serán los tres únicos países de la eurozona cuya economía caiga este año, según Bruselas. En contraste, Alemania crecerá un 3,7%, lo que sitúa la media de la eurozona en el 1,7% y la del conjunto de la UE en el 1,8%. En 2011, la economía española crecerá muy por debajo del promedio de la eurozona (1,5%) y del conjunto de la UE (1,7%).
El Ejecutivo comunitario pronostica que la tasa de paro en España seguirá subiendo en 2011 hasta situarse de media en el 20,2% y caerá ligeramente hasta el 19,2% en 2012. No obstante, señala que "se espera que la plena aplicación de la reciente reforma laboral reduzca la segmentación del mercado de trabajo y contribuya a reducir con el tiempo el paro estructural" y que la reforma también "ejerza un efecto restrictivo en el crecimiento de los salarios en el futuro".
Después de que el déficit se disparara hasta el 11,1% en 2009 tras la crisis, las medidas de ajuste fiscal decididas por el Gobierno permitirán una "corrección importante" este año hasta el 9,3%. Ello se debe al fin de los planes de estímulo; al aumento del IVA y también al recorte del gasto público.
Sin embargo, en 2011 el déficit se situará en el 6,4%, por encima del objetivo del Gobierno, "debido principalmente a un escenario de crecimiento menos favorable que el previsto en el presupuesto de 2011". En 2012, el déficit llegará al 5,5%, muy superior al 4,4% que espera el Gobierno, lo que complica que se logre el objetivo de situarlo por debajo del 3% en 2013, tal como exige el Pacto de Estabilidad. El nivel de deuda aumentará hasta el 73% del PIB en 2012.
La Comisión constata que la economía española "parece haberse estabilizado en 2010, pero todavía no se ha embarcado en una senda sólida de recuperación". "De cara al futuro, se espera que el proceso de desapalancamiento en marcha, el alto nivel de paro y el impacto a corto plazo de la consolidación fiscal en la demanda lleven a un crecimiento del PIB más débil que en otros países de la eurozona", insiste Bruselas.
En 2011 proseguirá el ajuste en el sector de la construcción, que sólo empezará a estabilizarse en 2012. "Aunque la reserva de viviendas sin vender seguirá siendo grande en algunas regiones, la capacidad de producción en la construcción de viviendas se estabilizará en 2012", afirma la Comisión.
El Ejecutivo comunitario valora positivamente las reformas emprendidas por el Gobierno desde mayo, tanto el paquete de ajuste fiscal como la reforma laboral como la reestructuración de las cajas. "Cuando se apliquen plenamente, el efecto combinado de estas reformas debería aumentar el potencial de crecimiento y empleo y facilitar la reasignación de los recursos excesivos que fueron al sector de la construcción durante los años de la burbuja", afirma.
El déficit por cuenta corriente seguirá bajando desde el 4,8% del PIB en 2010 al 3,8% en 2011 y al 3,6% en 2012. Por su parte, la inflación, tras situarse de media en el 1,7% este año por el encarecimiento de la energía y la subida del IVA, se estabilizará en torno al 1,5% durante los años siguientes. El hundimiento de la construcción ha provocado un aumento de la productividad este año pero Bruselas pronostica una nueva caída y reclama más inversión en innovación y formación, así como medidas para aumentar la competencia.
Más caídas en el precio de la vivienda
El Ejecutivo comunitario alerta de que existen riesgos que todavía podrían empeorar estas previsiones. "Una caída adicional importante y prolongada de los precios de la vivienda podría provocar un ajuste más profundo de lo esperado en el sector de la construcción, reducir la riqueza de los hogares y socavar la confianza de los consumidores", afirma la Comisión.
Otros riesgos que detecta Bruselas son que el alto nivel de paro erosione la confianza y frene el consumo, que caigan las exportaciones debido a una menor demanda del resto de países o que el nerviosismo en los mercados financieros por la crisis de deuda afecte al crecimiento.
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