Entre 2004 y 2008 el boom petrolero se tradujo en mejoras en la capacidad de compra y la banca encontró un lucrativo nicho de negocios en el financiamiento de automóviles, pero los tiempos han cambiado radicalmente.
Las estadísticas de la Superintendencia de Bancos indican que en 2009 aparece el estancamiento en el tablero y entre enero de 2010 y enero de este año los créditos para vehículos sólo se incrementan en 0,9% para ubicarse en 11 mil 497 millones de bolívares.
Al limpiar el efecto de la inflación, los préstamos para vehículos registran un descenso de 21% en los últimos doce meses.
El declive obedece a una mezcla de factores. La inflación ha disminuido la capacidad de compra de las familias y el Banco Central indica que, en promedio, el salario retrocedió 5,3% en 2010.
Las familias han tenido que postergar el deseo de renovar el carro o adquirir uno por primera vez, pero también interviene la restricción de oferta.
Entre 2008 y 2010 la producción de automóviles cae 29% y los concesionarios han enfrentado problemas para importar.
Al observar el portafolio de préstamos de la banca como un todo, incluyendo el financiamiento a los distintos sectores de la economía, el total de créditos, después de ajustar la inflación, cae 5% en los últimos doce meses.
La frialdad en la actividad crediticia es típica en las economías sumergidas en recesión y en el caso venezolano también influye el repliegue de la inversión privada.
La capacidad de pago de las empresas y las personas se ha deteriorado pero los préstamos en mora se mantienen en niveles bastante bajos.
Al cierre de enero, en promedio, los créditos vencidos y en litigio sólo representan 3,47% del total, pero la realidad es muy distinta en la banca pública.
En el Banco Bicentenario los préstamos con problemas de pago representan 16,46% del total, en el Banco Industrial de Venezuela 31,22%, en el Banco Agrícola, 23,98% y en el Banco del Tesoro 8,22%.
En el rompecabezas de la banca estatal la única pieza que mantiene una morosidad similar a la de las grandes entidades financieras privadas es el Banco de Venezuela, comprado el año pasado al Grupo Santander.
Al cierre de enero la morosidad del Banco de Venezuela es de 1,17% y la de los grandes bancos privados, en promedio, es de 1,22%.
La banca estatal es la que menos se enfoca al crédito.
vsalmeron@eluniversal.com
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