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marzo 16, 2011

$1.144 millardos han perdido las bolsas mundiales desde el #terremotojapon


En las últimas tres sesiones, las grandes bolsas mundiales han perdido unos 825.000 millones de euros, de los cuáles 300.000 millones corresponden únicamente a las pérdidas sufridas en la bolsa nipona. En la jornada de hoy, las plazas europeas vuelven a teñirse de rojo.Tras el terremoto y los posteriores incidentes en Japón ahora el gran peligro está en que se está poniendo en tela de juicio no sólo la recuperación del país sino la de la economía mundial. 
Los inversores ya se han manifestado y, como siempre, con ventas generalizadas en la mayoría de los mercados. Tal es la magnitud de las cifras que los más de 800.000 millones equivaldrían a la destrucción de un 80 por ciento de la riqueza que se genera en un país como España en un año.
El riesgo de una crisis nuclear que solamente está a un punto del nivel que alcanzó la crisis de Chernóbil -está en nivel 6 frente al 7 que se sufrió hace 25 años- provoca que en estos momentos, la que es la tercera economía del mundo, siembre el pánico en los mercados.Tras la previa caída del Nikkei japonés -del 10,5 por ciento- los mercados europeos cerraron con fuertes descensos, que nada tuvieron que ver con las leves pérdidas sufridas en las sesiones previas y que se tradujeron en grandes deterioros de su capitalización. Y aunque en la última sesión el Nikkei rebotó más de un 5 por ciento, en Europa los principales índices se mueven en terreno negativo.

¿Un frenazo para Alemania?

Los temores hacia un frenazo en seco en la recuperación económica mundial se dejaron notar con especial fuerza en la bolsa alemana. Su principal índice de referencia, el Dax 30 (DAX.XE), tras la caída de más del 3 por ciento de ayer, se deja ya un 5,8 por ciento en las tres últimas jornadas. Esto quiere decir que en total, en la bolsa alemana se han perdido más de 60.000 millones de euros. Hoy volvió a ser la más castigada, ya que "los sectores más afectados que han sido el automovilístico, químico, energía nuclear, reasegurador y bienes de lujo tienen un fuerte peso en el índice alemán", comenta Soledad Pellón, estratega de mercados de IG Markets.
La preocupación por la seguridad de las plantas nucleares provocó que nuevamente las compañías más expuestas a esta energía protagonizaran fuertes descensos. Pero no fueron las únicas. A esto se sumó otro peligro. Y es que Alemania es uno de los gigantes exportadores y una paralización en la recuperación económica mundial podría afectar seriamente a sus exportaciones. Así, algunas grandes compañías exportadores como las automovilísticas cerraron en negatico. Los títulos de Daimler y BMW cayeron más de un 4 por ciento.
Los parqués suizo y francés son otros de los que están sufriendo los mayores seísmos en las últimas sesiones, con pérdidas acumuladas superiores al 4 por ciento. Por su parte, aunque el británico no es uno de los que sufre las mayores caídas, su elevado volumen de efectivo provoca que, en términos aboslutos se hable de pérdidas de más de 70.000 millones de euros desde el viernes.
España tampoco se libra de las pérdidas. No obstante, el Ibex (IBEX.MC) logró salvarse de una fuerte caída. El descenso del selectivo llegó a situarse por encima del 3 por ciento, dejando al Ibex en un mínimo diario de 10.076 puntos, para finalmente cerrar con las menores pérdidas de Europa. El Ibex despidió la jornada con una caída que se situó por debajo del 1 por ciento, en los 10.329,7 puntos.

Otras consecuencias

La duda ahora para los mercados es saber si van a funcionar como un indicador adelantado de la economía. Aunque los analistas defienden que la economía históricamente no ha guardado apenas correlación con los mercados de valores, lo cierto es que las fuertes pérdidas de capitalización bursátil que están sufriendo los principales índices occidentales sí está teniendo también su efecto en las perspectivas económicas. Por una parte, la agencia Standard & Poor's ya ha anunciado que la catástrofe de Japón puede afectar a su rating a corto plazo mientras que desde la gestora Callender pronostican que las pérdidas en su economía supondrán entre el 0,06 y el 0,10 por ciento de su producto interior bruto. Pero el efecto no sólo se dejará sentir en Japón. También a escala mundial. Y una muestra de ello se ve en el precio del crudo. Ni el hecho de que la producción de petróleo de Libia sea ya inexistente (así lo afirmó hoy la Agencia Internacional de la Energía) ni que la crisis de Oriente Medio parezca estar trasladándose a Bahréin han borrado el efecto que una hipotética caída de la demanda del crudo por parte de Japón, el tercer mayor importador a escala mundial, podría tener en el crudo. Así, el barril de Brent acumula ya dos sesiones de descensos tras caer de los 115 dólares del 10 de marzo, 24 horas antes del tsunami, a los 108 dólares actuales.

Bernanke da confianza

Los números rojos se extendieron también al crudo de referencia en EEUU y a los mercados bursátiles al otro lado del Atlántico, a pesar de que en esta ocasión el oasis de esperanza provino de la Reserva Federal (Fed). En su segunda reunión del año, el banco central de EEUU afirmó que "la recuperación está asentada sobre una base más firme", hasta el punto de que "las condiciones generales del mercado laboral parecen estar mejorando gradualmente". También modificó su visión sobre los precios. Aunque la entidad presidida por Ben Bernanke mantiene que la inflación aún sigue por debajo de lo que desearía, matizó que "los recientes incrementos en la energía y otras materias primas están ejerciendo una presión alcista sobre los precios". Pese a que confía en que "estos efectos sean transitorios", adelantó que "prestará una atención más cercana a la evolución de la inflación y de las expectativas de inflación".
Y ahí terminaron las novedades, la Fed mantuvo los tipos de interés entre el 0 y el 0,25 por ciento y ratificó que seguirán en ese nivel "durante un largo periodo de tiempo". Tampoco alteró el estímulo monetario que activó en noviembre de 2010, conocido como QE2, por el que inyectará 600.000 millones de dólares en la economía hasta junio. Por último, y como ocurrió en enero, todos los miembros de la Fed apoyaron las decisiones adoptadas por unanimidad.
Pese al mensaje esperanzador de Ben Bernanke, los indicadores americanos se situaron en terreno negativo. Las caídas del 1,15 por ciento del Dow Jones estuvieron alimentadas por los graves descensos de compañías de la talla de Intel, Cisco, Bank Of America y At&T. Del mismo modo, el pesimismo llevó al S&P 500 a ceder más de un 1 por ciento. Unas pérdidas producidas principalmente por los recortes de casi el 6 por ciento de Aflac o del 4,98 por ciento de Motorola. Tras el mercado japonés y teniendo en cuenta las dimensiones del mercado, el S&P 500 ha sido el índice en el que más dinero ha salido desde el terremoto de Japón. Las pérdidas del S&P superaban los 191 millones de euros.
Por su parte, las tecnológicas en esta ocasión no aguantaron la presión de los mercados. A pesar de que es uno de los sectores en los que los bancos de inversión se mantienen más optimistas, ayer se contagiaron del pesimismo del resto de las economías. El Nasdaq se dejó más de un 1 por ciento por los graves descensos de Yahoo. El tecnológico Nasdaq siguió la misma tónica que el resto de los índices americanos, ya que fue otro de los más castigados por los inversores, que huyeron de la bolsa povocando una caída de más de 48.000 millones de euros en su capitalización.

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