Del total de 1.023 millones de dólares de envíos de vehículos, tractores y autopartes que llegaron a territorio nacional en el año 2010, 13,1% provino de la nación nipona. De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), desde Japón se recibieron importaciones automotrices equivalentes a 134,42 millones de dólares al cierre del año pasado.
80% de lo que llegó en 2010 desde las tierras japonesas fueron automóviles, 9% autopartes y 4,7% fueron importaciones de motocicletas. El resto se repartió entre vehículos de carga, carrocerías de automóviles y bicicletas.
En total, Japón envió a Venezuela mercancías por 434,96 millones de dólares en el transcurso del año pasado. Los automóviles y autopartes representaron 31% de ese monto, superados por los despachos de máquinas, material eléctrico y grabadores y reproductores de imagen y sonido, así como aparatos eléctricos y de fotografía. El monto de ese grupo de mercancías alcanzó 46,3% de lo recibido desde la nación nipona, porcentaje equivalente a 201,29 millones de dólares, de acuerdo a los datos del Sistema de Consulta de Estadísticas de Comercio Exterior del INE.
Japón no está entre los principales socios comerciales de Venezuela -de hecho, se sitúa en el puesto 16 en el ranking de los más importadores al país-, pero el peso de los despachos de algunas mercancías podría suponer problemas para el mercado local en el futuro.
Entre los bienes más importados desde Japón también se encuentran productos químicos (21,89 millones de dólares en 2010), cauchos (20,73 millones de dólares) y medicinas (14,51 millones de dólares).
A la expectativa
La industria automotriz venezolana puede sentir los efectos del desastre que está viviendo la nación asiática, a raíz del terremoto del pasado viernes.
"Es posible que las ensambladoras a nivel mundial sientan el efecto", expresó una fuente ligada a Toyota de Venezuela, que prefirió reservar su identidad. Según explicó, todavía es pronto para saber si habrá un impacto en las operaciones de la planta establecida en el estado Sucre, pero reconoció que si la crisis de Japón se agrava llegarán las dificultades.
Actualmente las 12 plantas de Toyota en Japón están paralizadas y los responsables de la empresa han advertido que una posible reactivación vendrá luego de analizar los posibles daños a las instalaciones y verificar los niveles de inventario.
"El justo a tiempo se afecta en una catástrofe como esta", dijo la fuente consultada, al tiempo que estimó que en dos meses se verían perjudicados si se prolonga la paralización de la automotriz y de algunos proveedores en Japón.
Asimismo, añadió que una de las posibilidades para recibir el material de ensamblaje a tiempo sería traerlo desde las instalaciones de Toyota en Brasil, especialmente para el material de ensamblaje del modelo Corolla.
Pero Toyota no es la única ensambladora que sigue con atención lo que sucede en Japón. MMC Automotriz, responsable en el mercado local de la fabricación de Mitsubishi, Fuso y Hyundai, también está a la expectativa y teme sufrir algunos contratiempos.
Jorge Díaz del Castillo, vicepresidente de asuntos comerciales de la compañía, afirmó que "hasta ahora" no ven mayores problemas para mantener con normalidad las operaciones en el país.
No obstante, indicó que los cortes de electricidad que están realizando en Japón están interfiriendo en el rendimiento de la planta de Fuso y que un empeoramiento de la situación en la nación asiática podría afectar el rendimiento de la compañía, ubicada en el estado Anzoátegui, dentro de tres meses.
Representantes del sector autopartes también manifestaron su preocupación. A pesar de que en el sector no han hecho un análisis sobre el impacto, reconocieron que el suministro de repuestos y piezas para vehículos en el mercado local puede interrumpirse.
Esta situación le llega a la industria local en un momento de estancamiento. Y es que la producción de vehículos en el país acumula tres años consecutivos de retroceso, mientras que la oferta de autopartes en el mercado local se ha limitado en los últimos años debido a las dificultades para obtener divisas a tiempo.
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