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marzo 14, 2011

Luchan contrarreloj para enfriar los tres reactores de la nuclear de Fukushima #terremotojapon

"Esta es la peor crisis que afecta a Japón desde que terminó la guerra hace 65 años", destacó el primer ministro Naoto Kan a los periodistas el domingo, agregando que el futuro del Japón sería decidido por su respuesta. Los reactores 1 y 3 de esta central ya habían tenido una falla idéntica, lo que provocó una explosión del edificio donde se sitúan cada uno de los reactores, destacó la agencia AFP. 


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Imagen de la central de Fukushima durante la explosión. | Afp LAS IMÁGENES DE LA CATÁSTROFE
Imagen de la central de Fukushima durante la explosión. | Afp LAS IMÁGENES DE LA CATÁSTROFE
  • El sistema de refrigeración del reactor 2 dejó de funcionar y se ha enfriado con agua de ma
"El reactor 2 perdió totalmente sus funciones de enfriamiento", declaró un responsable de la Agencia de seguridad nuclear, citado por la televisión pública NHK. 

Fukushima 1, afectado por el sismo y el tsunami del viernes, se encuentra a 250 km al norte de Tokio con 35 millones de habitantes. 


El sistema de enfriamiento del reactor 2 de la central nuclear de Fukushima 1 está "dañado", anunció el lunes el operador Tepco. 

Cuadrillas de rescate se valen de motosierras y de picos este lunes para desenterrar cadáveres de las devastadas ciudades costeras del Japón, mientras la nación más rica de Asia se hallaba frente a una creciente crisis humanitaria, nuclear y económica. 

Millones de personas pasaron una tercera noche sin agua, alimentos, ni calefacción bajo temperaturas casi gélidas a lo largo de la devastada costa del noreste japonés. 


La dañada central de Fukushima Daiichi sigue en alerta. A la nueva explosión que registraba el reactor número 3 esta madrugada, hay que sumarle que el reactor 1 y 2 se encuentran completamente secos, según la agencia Kyodo, por lo que no tiene sistema de refrigeración para las barras de combustible nuclear.
El pánico se volvía a central en la central esta madrugada cuando se producía una explosión de hidrógeno en el tercer reactor. Se ha tratado del segundo accidente en la central tras la explosión que hizo saltar todas las alarmas el pasado viernes, tras el devastador terremoto y 'tsunami'. 11 personas han resultado heridas, entre ellos al menos un soldado del Ejército japonés, que ha sufrido diversas fracturas.
"El edificio del reactor explotó, pero el contenedor primario no ha resultado dañado. La habitación de control de la unidad tres continúa operativa", recoge un comunicado divulgado por la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
En los primeros minutos tras el accidente, el portavoz gubernamental, Yukio Edano, ha explicado que la explosión en el recipiente secundario de contención del reactor no lo ha dañado, si bien no ha descartado la posibilidad de que se haya producido una fuga radiactiva.
Por su parte, la empresa operadora, Tokyo Elecytric Powe Co (TEPCO), ha confirmado que la capa del reactor no se ha visto perjudicada. Edano aseguró que el recipiente primario del reactor está intacto y que a las 11.36 hora local (02.36 GMT), una media hora después de la explosión, el nivel de radiactividad a cinco kilómetros del lugar era similar a la de antes de la explosión.
Además, según la compañía, se ha conseguido controlar la temperatura del reactor 1, que sufrió una explosión el sábado, y del 2, aunque el Gobierno japonés y la Agencia Atómica no lo han confirmado y se cree que aún siguen con las tareas de refrigeración porque, según la agencia Kyodo, el agua que enfría los reactores se ha evaporado, por lo que las barras de combustible nuclear están completamente secas.
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Previamente, se había intentado inyectar agua de mar en el núcleo para evitar el peligroso descenso del agua de refrigeración, que debe cubrir totalmente las barras de combustible. La nueva situación implica que el peligro de una fusión del núcleo del reactor ha aumentado considerablemente.
Una explosión de las mismas características tuvo lugar el pasado sábado en el reactor 1 de la central nuclear de Fukushima (a unos 240 kilómetros al noreste de Tokio).
El riesgo que entraña la explosión del reactor número tres es más grave, dado que es el único en la planta que utiliza una mezcla de combustible de plutonio, apunta la BBC en su sitio web.
El Gobierno japonés había advertido este domingo de la posibilidad de que tuviera lugar una nueva explosión, tras reconocer varios fallos en los sistemas de refrigeración de los reactores uno, dos y tres que hacían necesaria la inyección de agua marina para su refrigeración. El propio ministro japonés, Naoto Kan, admitió poco antes de que se produjera el nuevo incidente que la situación continuaba siendo "alarmante".
Por su parte, el ministro de Industria francés, Eric Besson, ha afirmado que la situación de la central de Fukushima "es preocupante" y no descarta que se produzca un desastre nuclear.

El viento, a favor

Ante la alerta nuclear desatada, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, informará de la emergencia nuclear derivada de los accidentes en varias centrales atómicas en Japón.
Así lo anunció el organismo mediante un comunicado, en el que insistió en que el OIEA está en contacto permanente con las autoridades japonesas para conocer la situación de las cuatro centrales nucleares en la que se han registrado incidentes.
Varios medios locales han informado de que se espera que tras la explosión, el viento, que va en dirección este, lleve la radiación hacia el Pacífico, y no hacia el interior del país.
Pese a que se había ordenado evacuar un radio de veinte kilómetros en torno a la central, unas 500 personas que todavía permanecían en ese perímetro en el momento de la explosión están siendo trasladadas a otros lugares, añadió Edano.
La Agencia de Seguridad Nuclear nipona había hecho poco antes un llamamiento para que esos residentes permanecieran en sus casas, cerrasen las ventanas y apagasen los sistemas de ventilación con el fin de evitar una eventual contaminación.
El gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, ha ordenado medir la radiación en la capital. Un portavoz de la empresa operadora de la planta, Tokyo Elecytric Powe Co (TEPCO) ha asegurado que la radiación medida a las 11:44 (hora local), unos 25 minutos después de la explosión, fue de sólo 20 microsievert por hora, muy por debajo de los valores permitidos de 500 microsievert.


Daños en la economía 


Entre tanto la bolsa de valores se desplomaba ante la posibilidad de grandes pérdidas en las industrias japonesas, que incluyen importantes marcas como Toyota y Honda. 

El índice Nikkei 225 perdió 633,94 puntos para caer a 9.620,49 puntos. 

El volumen de transacciones alcanzó un nivel histórico, con más de 4.880 millones de valores comercializados en el primer mercado, es decir más de 2,5 veces más que la cantidad promedio habitual. 

El Banco Central de Japón (BOJ) decidió este lunes aumentar en 5 billones de yenes (44.000 millones de euros - 61.300 millones de dólares) sus diversas compras de activos al tiempo que mantuvo su tasa directriz entre 0,0% y 0,1%, para facilitar el financiamiento y estabilizar los mercados después del sismo. 

Además del traumatismo nacional, del balance humano que aumenta cada día y los muy importantes daños materiales, los operadores temen una importante disminución de la actividad económica. 

Las graves fallas en las centrales nucleares de la región afectada hacen aumentar los temores por las repercusiones de este desastre sobre el conjunto de las empresas y la economía japonesa. 

La acción de la compañía de electricidad Tokyo Electric Power (Tepco), que opera las centrales nucleares en dificultad, perdió 23,57%. 

El gobierno japonés consideró que este siniestro tendría un impacto "considerable" sobre la economía nacional y que se necesitarán fondos colosales para financiar la reconstrucción de las zonas afectadas. 

El banco central trata de calmar las tensiones en los circuitos financieros inyectando fondos masivos. 


Números difíciles 



Se prevé que más de 10.000 personas hayan muerto en la doble tragedia del viernes, que ha causado penurias inimaginables para la población de esta nación industrializada que no ha visto este tipo de sufrimiento desde la Segunda Guerra Mundial. 



En muchos lugares no hay agua potable, ni electricidad y la compra de gasolina es precedida por largas esperas de cuatro a cinco horas. La gente está tratando de calmar el hambre con fideos o arroz mientras se enfrentan a la muerte de sus seres queridos y la destrucción de sus viviendas. 



"La población está sobreviviendo con escasa comida y agua. Las cosas simplemente no están llegando", dijo Hajime Sato, un funcionario de gobierno de la prefectura de Iwate, una de las zonas más afectadas por el desastre. 



"Le hemos solicitado reiteradamente al gobierno que nos ayude, pero el gobierno está abrumado con la magnitud de los daños y la enorme demanda de alimentos y de agua", explicó a la agencia AP. 



Sato indicó que las autoridades locales solicitarán a las funerarias de otros países que les envíen ayuda para enterrar a sus muertos. 



Falsa alarma 



La destruida costa ha sido sacudida por más de 250 réplicas desde el viernes, la más reciente de una magnitud de 6,2 que fue seguida de una falsa alarma de maremoto el lunes. Abandonando su operación de búsqueda, los soldados les dijeron a los residentes de la devastada costa de Soma, el pueblo más afectado en la prefectura de Fukushima, que corran a las alturas. 



Mientras las sirenas ululaban, los soldados gritaban "ícorran a tierras más altas! ¡váyanse de aquí!" Varios soldados fueron vistos llevando a una anciana por una colina cubierta de barro. La alarma resultó falsa. 



Cuadrillas de búsqueda llegaron a Soma por primera vez desde que ocurrió el desastre el viernes para desenterrar a las víctimas. Las ambulancias esperaban y las bolsas para los cadáveres eran colocadas en zonas adyacentes limpias de escombros, mientras los bomberos usaban picos y motosierras para despejar una indescriptible maraña de madera, piezas de plástico, techos, barro, automóviles retorcidos, cables de alumbrado público enredados y electrodomésticos. 



Los helicópteros sobrevolaban, evaluando la destrucción que cubría el horizonte. Algunos buques quedaron volcados sobre caminos adyacentes a la costa hasta a un kilómetro, tierra adentro. Las autoridades dijeron que una tercera parte de la ciudad de 38.000 habitantes estaba inundada y miles habían desaparecido.


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