Ante esta situación, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha enviado una carta al Congreso de Estados Unidos instando a Harry Reid, líder del senado, a subir el límite de endeudamiento.
Hay que elevar el límite "para proteger la confianza y el crédito de Estados Unidos y evitar catastróficas consecuencias sobre los ciudadanos", sostiene Geithner.
Mientras tanto, el Gobierno estadounidense ha decidido suspender las inversiones en dos planes de pensiones, lo que permitirá a la Administración un empréstito adicional, según ha informado el Departamento del tesoro.
Geithner ha asegurado hoy a los congresistas que Estados Unidos aún tiene margen de endeudamiento hasta el 2 de agosto ya que las medidas adoptadas aportan a Washington once semanas de prórroga. A partir de esa fecha la principal economía del mundo entraría en suspensión de pagos.
El funcionario estadounidense ha destacado la “importancia de emprender una acción a tiempo para aumentar el techo de deuda, proteger la credibilidad de Estados Unidos y evitar catastróficas consecuencias económicas” para los consumidores estadounidenses.
Mientras Geithner insiste en la necesidad de un aumento del techo, republicanos y demócratas en el Congreso se antoja aún muy lejano. Los congresistas de ambos partidos supeditaron la aprobación del tope de la deuda a la puesta en marcha de unos planes concretos para reducir el abultado déficit del país.
De momento los republicanos ya han dejado clara su negativa a apoyar cualquier tipo de medida que suponga aumentar el techo del gasto de Estados Unidos Antes de elevar el déficit, son partidarios de aplicar recortes gubernamentales.
La última vez que la deuda de Estados Unidos alcanzó su tope fue en 1995 y 1996, cuando el presidente Bill Clinton ocupaba la Casa Blanca. En aquel entonces los legisladores alcanzaron un acuerdo para evitar una suspensión de pagos.
La Fed no ha decidido aún cómo poner fin a la actual política monetaria
Hoy también ha tomado la palabra el presidente de la Fed de Atlanta. Dennis Lockhart ha asegurado que el banco central aún no ha decidido la estrategia que seguirá para poner fin a la actual política monetaria de tipos de interés excepcionalmente bajos ni al programa de recompra de bonos.
“Algunos de mis colegas ya han comenzado a opinar sobre los detalles de la salida. Yo no voy a hacerlo hoy. Creo que sería un error suponer que estas opiniones públicas sobre la salida de la actual política acomodaticia son mucho más que una mera discusión abierta de los miembros de la Fed”, ha señalado el funcionario.
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