Lenin, gran pensador para los revolucionarios, escribió que la revolución era ferrocarriles más electricidad. Si bien hay que reconocer que en los últimos doce años se ha adelantado un poco en ferrocarriles, aunque con sus fallas, también es cierto que hay un deterioro en la calidad y continuidad del servicio eléctrico. En América, sólo Cuba tiene más problemas que nosotros en esa área. Santiago de Chile desde el año 2000 sólo ha tenido dos apagones: el día del terremoto de 2010 y uno de 3 horas a la semana siguiente.
El sábado 11 de junio de 2011 sufrió casi todo el Zulia un apagón general. Según las zonas, entre 18 y 24 ó más horas. En Hospitales y Clínicas, sólo conservaban luz y aire acondicionado los quirófanos, emergencias y cuidados intensivos, en el mejor de los casos. En las residencias familiares nos quedamos sin aire climatizado, neveras, ascensores, luces. En los comercios, carne, leche y otros productos deteriorándose y con riesgo de perderse. Los golpes de calor hicieron estragos en personas ancianas y obesas.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué estos apagones eran cortos y raros durante décadas, siendo hoy frecuentes? He escuchado y leído con detenimiento las explicaciones de especialistas del Gobierno Nacional y otros sectores. Creo razonable concluir que hubo en los primero años (1999-2005) desidia en atender y darles recursos financieros suficientes al sector. La congelación de tarifas y el hecho de que buena parte de la población no pague el servicio contribuye tanto a su despilfarro como a que no ingrese a las empresas eléctricas suficiente flujo de caja. En ese período, se inició un programa (ENELVEN, hoy CORPOELÉC) de promover la sustitución de equipos de aire por nuevos más eficientes. En años siguientes, el programa de bombillos ahorradores estuvo bien orientado aunque nunca comprendí por qué fabricados en China, se compraban en Cuba. A estas alturas, deberían producirse masivamente en nuestro País.
El gobierno prefirió estatizar la Electricidad de Caracas, empresa centenaria, y pagar a sus accionistas cerca de 1.200 millones de $, en lugar de invertir esa suma en terminar la presa de TACOMA y otras casi paralizadas en el País. Hay equipos de generación importados por PDVSA depositados nuevos en la COL desde hace varios años. Dos barcazas de generación traídas en 2010, y sitas frente a Bachaquero, apenas funcionaron pocas semanas. ¿Las pagaron nuevas pero las trajeron viejas o defectuosas? ¿Se ha reclamado al vendedor? ¿Se ha investigado a los funcionarios que las compraron?
Todavía hoy el 90% de la electricidad que se usa en el estado brasileño de Roraima la vende Venezuela, luego de un tendido eléctrico que se planificó antes de Chávez, pero se construyó en sus gobiernos. ¿Cómo se compara el precio de la electricidad que pagamos a Colombia con la que vendemos a Brasil?.
Escucho a especialistas serios cuestionar la inversión que se hace en miniplantas de retrasada tecnología y que utilizan diesel que dejamos de exportar. ¿Cuánto se ha “invertido” en esas Plantas? ¿Se justifica económicamente su compra y uso?
El suministro inadecuado de electricidad golpeó en 2010 a la industria pesada de Guayana. Su solución está disminuyendo las exportaciones petroleras. Además, limitará la recuperación del producto interno en casi todos los sectores de la economía. Rechazando que el grueso de los venezolanos seamos los culpables de la crisis, pues lo es este gobierno, sí debemos contribuir a consumir lo que realmente necesitemos.
ALFREDO RINCÓN RINCÓN
Miembro de Número de las Academias
de Historia y de Ciencias Económicas del
Estado Zulia.
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