Los ajustes a los precios de la carne en los últimos seis años en Venezuela no han sido cónsonos con los costos de producción, distorsión que ha derivado en la merma de la producción nacional. El alza que se anunció esta semana no sólo fue insuficiente sino que además no resuelve el problema estructural que está afectado el abastecimiento del rubro en el mercado. Los precios de la carne de res se han mantenido regulados desde 2003. Durante los primeros dos años del control de precios, el valor de este rubro se revisó en tres oportunidades. Pero es a partir de 2005 que comenzó la etapa de estancamiento.
Desde ese año, las revisiones en los precios de la carne, tanto a nivel de productor como al mayor y al detal, se hicieron de forma más espaciada. En agosto de 2005, el precio de los cortes de primera -pulpa negra, ganso, pollo, muchacho redondo y cuadrado- estaba fijado en Bs 8,48 el kilo, y ese valor se mantuvo invariable durante los siguientes 18 meses.
En 2007, esos precios fueron ajustados en 38,2%y la carne de primera quedó regulada en Bs 11,72 el kilogramo. Además se incluyó en el control de precios al ganado en pie, fijándolo en Bs 3,99 el kilo y la carne en canal en Bs 7,98. Estos precios se mantuvieron hasta agosto de 2008, cuando fueron revisados nuevamente por el Ejecutivo nacional, otorgando ajustes de 50,1% para los cortes de primera y 37,8% para el ganado en pie.
A partir de 2008 se profundizó la crisis del sector cárnico. Los precios vigentes en esa época se mantuvieron congelados hasta esta semana, cuando finalmente fueron revisados y ajustados en 29,2% en toda la cadena.
Entre agosto de 2008 y junio de 2011, son muchos los factores políticos y económicos que afectaron la productividad del sector cárnico nacional.
A finales de 2008 comenzó el ciclo de recesión económica, la inflación nacional tomó auge, se aplicaron dos devaluaciones y los controles de cambio y de precios acorralaron al sector. A esto se suma la política de rescate de tierras que ha afectado principalmente a las unidades de producción ganaderas.
El resultado de estas políticas ha sido una notable reducción de la producción nacional, y períodos cíclicos de escasez del rubro en el mercado. De acuerdo con cifras de Fedenaga, en 1999 el rebaño nacional atendía más del 90% del consumo de la población, y hoy son las importaciones las que atienden 52% de la demanda de carne de res.
La disponibilidad de carne, tanto nacional como importada, es cada vez menor debido a la falta de rentabilidad de la actividad ganadera.
Los costos de producción de la carne son cada vez más altos, y el precios asignados por el Ejecutivo, en todos los eslabones de a cadena, no resultan beneficiosos. El kilo de ganando en pie está regulado en Bs 7,1 y el costo de producción oscila entre Bs 11 y Bs 13,5.
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