Europa vuelve a presionar a Wall Street. En esta ocasión no es Grecia, de la que surgen noticias optimistas, sino es la situación de la banca italiana. En cambio, los datos macro del día en Estados han sido mejores de lo esperado.Estas nuevas dudas en el sistema financiero europeo restan el poco brillo demostrado por los datos macroeconómicos de Estados Unidos. La última revisión del PIB del primer trimestre ha ofrecido al menos un respiro. El dato ha mejorado hasta un crecimiento del 1,9%, desde el 1,8% anterior y en línea con lo esperado por los analistas.
Tras el toque de campana, el Dow Jones de Industriales cede un 0,2%, aunque se mantiene por encima de los 12.000 puntos. Por su parte, el S&P 500 pierde un 0,1% y el Nasdaq tecnológico cae otro 0,17%.
Los datos domésticos no son suficientes para animar al parqué neoyorquino a comprar, que vuelve a estar pendiente de lo que acontece al otro lado del Atlántico. Si en Grecia la tensión parece contenerse tras la reunión de los países de la Unión Europea, las turbulencias llegan ahora desde Italia.
Los principales bancos del país transalpino se desploman ante los rumores que apuntan a nuevas necesidades de capital. Unicredit e Intesa han sido los peor parados, pero la ira de los inversores también se ha contagiado a las acciones de Banca Popolare di Milano, Montepaschi y Banco Popolare.
Algo más optimista ha resultado el crecimiento de los pedidos de bienes duraderos, que subieron un 1,9%, un dato superior al estimado por los expertos
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