Sarah Raskin, miembro de la junta directiva de la Federal Reserve (Fed), declaró semana pasada que cada vez más estadounidenses se ven excluidos de servicios financieros asequibles y no reciben créditos. Asimismo, la página web The Christian Science Monitor informó que los miembros del congreso sólo tienen nueve días para encontrar una solución a la disputa sobre el aumento del límite de deuda de Estados Unidos.
Las palabras de Sarah Raskin recuerdan a las advertencias de la reconocida analista Meredith Whitney. Hace más de un año Whitney pronosticó que un gran número de ciudadanos estadounidenses quedarían excluidos del sistema al no cumplir los requisitos para la concesión de un crédito o para abrir una cuenta. Más de 14 millones de estadounidenses están en paro, y otros 8,5 millones están subempleados, según los datos del Departamento de Trabajo de EEUU. Además, la actual tasa de desempleo del 9,1% no refleja la dimensión del problema del mercado laboral de EEUU.
En las últimas semanas miles de parados han abandonado la búsqueda de empleo, aunque la mayoría de ellos están dispuestos a trabajar. Tal como explicó Raskin en el marco de una congreso de economía celebrado en Washington, muchos parados y subempleados se enfrentan al doble reto de no recibir servicios financieros asequibles y de no ser capaces de acumular ahorros.
Incluso muchos ciudadanos que sí disponen de un empleo apenas recibieron préstamos, ya que debido a la crisis financiera las instituciones de EEUU restringieron los criterios de concesión de crédito. A más de un tercio de los ciudadanos interesados en la compra de una vivienda no se les concedió un crédito hipotecario. Asimismo, hace ya meses que muchas pequeñas empresas se sienten frustradas, ya que las estrictas reglas crediticias les imposibilitan el acceso a un préstamo, por lo que su negocio sufre. Raskin explicó que los parados y subempleados apenas tenían acceso a los servicios financieros más simples tales como una cuenta bancaria o una tarjeta de débito o de crédito. Aquellas personas con unos ingresos bajos o moderados no tienen suficientes bienes como para cualificar para los elevados criterios de concesión de crédito de los bancos. Raskin no hizo comentarios sobre si la Fed planeaba otro programa de compra de bonos, pero si afirmó que los obstáculos eran muy grandes.
Recientemente la Casa Blanca advirtió que el país podría declarar el impago de la deuda soberana en el caso de que republicanos y demócratas no llegaran a un acuerdo político antes del 2 de agosto. Pero según informa la página web de The Christian Science Monitor, los congresistas en realidad sólo tienen nueve días para llegar a un acuerdo sobre el aumento del límite de deuda de los EEUU. Este cálculo incluye posibles días de vacaciones, recesos o discrepancia entre las sesiones del congreso de los diputados y las del senado. Esta semana la agencia de calificación Standard & Poor´s (S&P) afirmó contundentemente que bajaría la puntuación crediticia de los EEUU si no se llegaba a un acuerdo político sobre el aumento del límite de deuda. Además, los mercados financieros podrían tener que librar una batalla de Armagedón que superaría con creces el colapso de la banca de inversión Lehman Brothers en 2008. La aprobación del plan de recortes Griego, condición para su próximo rescate, impulsó a las bolsas a pesar de la gravedad de la situación en EEUU. Sin embargo, en vistas de recrudecimiento del problema de la deuda a nivel mundial, el oro seguramente seguirá siendo la primera opción de inversión entre los inversores internacionales. Aunque de momento se haya podido evitar una tragedia griega, hay demasiados problemas en el mundo que podrían causar nuevas turbulencias en los mercados financieros. Por su condición de valor refugio y, cada vez más, valor monetario, el oro y la plata seguirán beneficiándose de esta situación.
Roman Bauzdus
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