La trascendencia de ambas para el futuro del país merece amplios comentarios. Hoy, por razones de espacio, se tratará sólo la primera, dejando para mañana la segunda.Este lunes el Tribunal Supremo de Justicia dictaminó que la resolución de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos que obliga a restituirle todos los derechos políticos al líder democrático Leopoldo López era "inejecutable".Según la cantinflérica opinión del TSJ, Leopoldo López tiene intactos sus derechos políticos: puede votar, postularse, ser candidato y participar en cualquier elección popular (¡!). A la vez, el TSJ afirma que López tiene una sanción administrativa, que le impediría manejar dineros públicos, o lo que es lo mismo, ocupar cargos públicos (¿?). Es decir, puede ser electo, pero no podría ejercer el cargo para el que fuese elegido.
Esta decisión del TSJ tiene el claro propósito de seguir enredando la ya complicada situación electoral en Venezuela, y es apenas una señal del juego electoral amañado y arbitrario que piensa desarrollar el Gobierno en 2012.El TSJ puso en tres y dos a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que trabaja sin descanso para llevar una propuesta unitaria y sólida a los comicios del 2012; a Leopoldo López, que de aquí a febrero tendrá que tomar decisiones importantes de forma oportuna y objetiva; y a los venezolanos que creen en la salida democrática para sortear con habilidad y calma estas trampas bolivarianas.
Hasta ahora, la MUD y los precandidatos a las Primarias, han dado apoyo a López, y no han mostrado egoísmos inútiles.Leopoldo López, por su parte, optó por el camino más honroso, como es el de seguir en la campaña hacia las primarias, y seguir defendiendo sus derechos constitucionales, sin mostrar debilidad ante tanto abuso de poder.
Sin embargo, López tiene en sus manos una papa caliente y en el cortísimo plazo se encontrará en uno de dos posibles escenarios:
1) haber recibido tan contundente apoyo internacional y, sobre todo, de los venezolanos, que logre lo improbable, torcerle el brazo al Gobierno y que éste le restituya sus derechos plenos para seguir en la contienda electoral sin problemas.
2) Lo que luce más probable, que el Gobierno obvie todas las presiones y mantenga inalterada su cínica decisión con lo cual López se vería obligado a retirar su candidatura.
De mantener su decisión valiente y consecuente del 18 de octubre, López arriesgaría transformar las primarias en la farsa cantinflesca que espera provocar el TSJ.
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