También, en estos diez años, el crédito agrícola ha aumentado cada año y además el Gobierno se ha armado con programas como Mercal, Pdval, Corporación Agrícola, Banco Agrícola, Almacenes, Transporte, INTI, Indepabis; dos ministerios, uno para la producción y las tierras y otro para la alimentación; una Academia de Ciencias Agrícolas en Barinas, centrales azucareros y convenios con China, Brasil, Uruguay, Bielorrusia, Rusia, Irán y naturalmente Cuba, entre otros, para desarrollar cosas vinculadas a la agricultura. También ha creado mecanismos de control para los precios, la producción, el transporte, el otorgamiento de divisas, subsidios e importación directa de alimentos. Hechos de los que el Gobierno se siente orgulloso con su nueva y pletórica burocracia.
Hace diez años la producción agrícola vegetal fue de 18.014.573 toneladas y en el 2010 apenas superó 14 millones, 32% menos. El descenso en la producción de azúcar, carne bovina, frutas y productos del mar ha sido enorme. De 418 mil toneladas de carne caímos a 269 mil, pesca y acuicultura se desploman de 533 mil toneladas a apenas 179 mil; peor aún, a partir de 2007 también descendió la producción de arroz, maíz, yuca y papas. Lo único que ha aumentado junto a la población es cerdo, pollo y huevos.
Se trata del récord mundial en ineficiencia y ocurre, precisamente, en la década en que los países de América del Sur han registrado los mayores valores en la producción y exportación de alimentos.
Brasil supera los 50 mil millones de dólares en exportación agrícola, Argentina se acerca a 30 mil y Chile más de 10 mil millones, Venezuela a contrapelo, rompe récords de importación, entre 5.000 y 7.500 millones de dólares en los últimos años.
Como si fuera poco la tasa de inflación en alimentos supera el 30% anual y los índices de desabastecimiento son los más elevados del continente. La renta petrolera y la generosa chequera genera empleo y riqueza en otros países, aquí falta café, aceite, leche, insumos para los productores, pero sobran apagones, secuestros, asesinatos y alcabalas, malvivientes que destrozan universidades y mordazas para los medios de comunicación.
Tienen éxito los fabricantes de camisetas rojas, pintura para brocales y pancartas alusivas al magnífico régimen socialista.
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