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junio 19, 2012

Constructores y destructores

Las informaciones oficiales reportan que, para 2011, tuvimos un  crecimiento de la economía que expresado en el porcentaje del Producto Territorial Bruto, PTB es de 5.6 por ciento que, de ser real y efectivo, sería un gran logro para el país; en cambio, analizada la situación, el cuadro resulta ser dramáticamente distinto que, para tratar de sintetizarlo, hemos utilizado la contraposición entre constructores y destructores. Porque tal crecimiento puede ser definido como "logro" de régimen y no de la economía del país. En efecto, de un análisis de ese llamado crecimiento, llegamos a la conclusión que se trata de un colosal proceso de estatización de la economía versus la destrucción de las actividades privadas, lo cual podría dar suma cero; sin embargo, siendo la administración pública y las empresas del Estado ineficiente, para decir menos, la realidad es que estamos decreciendo, como resultado de revolución en el frente económico y social y lo político a excepción de la revolución bonita. 

La primera observación es que para nosotros, los empresarios, por nuestra formación y vivencia, el crecimiento de la economía se produce cuando el conjunto de actividades productivas internas de un país generan el denominado valor agregado, que es la sumatoria del esfuerzo del capital y del trabajo productivo. Mientras lo que expresan los indicadores oficiales, bajo el llamado socialismo del siglo XXI, es un mero crecimiento del consumo que se genera por vía de un gasto público que, a su vez, viene siendo financiado con el ingreso petrolero generado -por ahora- por una actividad extractiva que tampoco crece, la cual se beneficia del aumento del precio del petróleo generado por el efecto especulativo de los comodities. Según informaciones dignas de crédito se calcula, que se comercializan -compra-venta- de petróleo en las bolsas cinco veces el consumo total de petróleo en el mundo; la pregunta es: ¿Hasta cuándo durara esta peligrosa burbuja especulativa? que, al desinflarse, como ocurrió en 2008 con la crisis la inmobiliaria, podría coincidir con la disminución del consumo de los países industrializados tanto por el ahorro y la sustitución con otras fuentes de energía así como por un lento crecimiento de las economías todo lo cual causaría una caída en los precios del petróleo, cuya tendencia ha empezado a evidenciarse.

La segunda observación que queremos hacer es relativa a los resultados de la revolución por la destrucción de empresas productivas; por las ocupaciones y expropiaciones sin compensación que se traducen en un robo; por la estatizaciones del sector básico así como por un elevado número de otras empresas que prestaban servicio técnicos a las operadoras, nacionales y extranjeras en el sector petrolero, las cuales se han convertido en empresas deficitarias y porque el Estado está utilizando el ingreso petrolero para mantenerla abiertas. El colofón de todo esto es que el régimen ha colocando al país, en una peligrosa situación por una total dependencias de las importaciones para alimentarnos; con la consecuente pérdida de autonomía de soberanía que, por abandonar el Capitalismo democrático moderno está poniendo en mano de una potencia extranjera dominada por un Capitalismo de Estado de corte totalitario mediante préstamos, pagaderos con entregas a futuro de petróleo a precios convencionados; prestamos que además de constituir una hipoteca para las futuras generaciones son empleados para financiar la revolución, en lugar de utilizarlos para elevar las condiciones de vida de la población especialmente de la más necesitada, por vía de crear las condiciones para un desarrollo sostenible, y no mantener  la pobreza con las dadivas, que no siempre llegan, las cuales solo sirven a mantener la pobreza y la condición de súbditos con el propósito de mantenerse en el poder.  

            No es exageración afirmar que el éxito del cual, tanto hace alarde el régimen que, en la práctica, ha sido un desastre para el país se debe a un dispendioso e insostenible gasto público disperso e sin control porque, por una buena parte, no está sujeto a la Ley del Presupuesto, y que porque los recursos proviene de los varios Fondos, alimentados con trasferencia de las reservas internacionales con cuyos gastos se ha alimentado la inflación y reduciendo peligrosamente las Reservas Internacionales del Banco Central de Venezuela con el 40 por ciento del producto de la venta del petróleo; gastos de una magnitud que -aun cuando no es del todo cuantificable- ha venido devorando los cuantiosos ingresos que ha dispuesto en los casi catorce años el régimen resultados: una Administración Pública sin control, con una PDVSA que ha venido siendo utilizada como un ente asistencial más que  promete -pero no cumple- la única función que debería tener la de producir recursos, no servir de caja chica del régimen para alimentar el populismo para la inversiones reproductivas y los servicios básicos  la cual, de paso, se debate dentro de un cuadro de crecientes crisis financiera y operativa que se sostiene con base a un elevado endeudamiento interno y en dólares, mientras tanto se mantienen recursos en el Exterior que -no son parte de las Reservas Internacionales- que se estiman en 40 mil millones de dólares; mientras todo eso ocurre, el Ministro de Finanza afirma que se continuara con la lluvia de dólares. La verdad es que CADIVI mantienen las restricciones al sector privado y la oferta del SITME no alcanza a cubrir las necesidades de importación de bienes necesarios y de materia prima indispensable para las actividades productivas del sector privado y no podrá alcanzar porque la desconfianza estimula la salida de capitales 

Frente a ese cuadro, no podemos de remarcar la situación las empresas del Estados entre la cuales Sidor, Venalum, Corpolec y Cantv, que tienen una sobre nomina  -que es lo que mantiene artificiosamente bajo el nivel del desempleo- que operan con elevadas pérdidas. En cuanto crecimiento económico de 2011, en lo que del año 2012, los indicadores reales muestran la tendencia del consumo a la baja lo cual demuestra que la inflación es más elevada de la que se reportan; y finalmente, el castigo al sector privado se acentúa por las dificultades que se le crean a las empresas privadas por el deficiente suministro de los insumos producidos por la empresas del Estado tanto para la construcción como para las otras actividades manufactureras del sector privado lo que patentiza que la asfixia continua; lo que confirma  como en efecto lo pregona el régimen que la revolución avanza paso de vencedores.

Todo ello ha venido profundizando el contraste entre los CONSTRUCTORES que contribuyeron a tener el país que perdimos los cuales están dispuesto a reconstruirlo  y los DESTRUCTORES que prometieron llevarnos al mar de la felicidad y en cambio nos están hundiendo en un tempestuoso mar de la infelicidad los cuales, en cambio no tiene futuro, razón por la cual sugerimos a las organizaciones empresariales, a las de los trabajadores y en general a todas las demás organizaciones que abogan para que esta tragedia termine lo antes posible, se pronuncien -con propiedad- con relación al estado del país. Es necesario hacerlo –ahora- para que la opinión pública sea debidamente informada:

PARA QUE, CON EL RESULTADO DEL SIETE DE OCTUBRE, LOS AUTORES Y RESPONSABLES DE ESTE DESASTRE, PAGUEN EL COSTO POLÍTICO.

Eddo Polesel

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