octubre 04, 2010

Gimnasia mental: Las tres puertas

Tres puertas
Después de dejar las neuronas en remojo durante enero y febrero por el verano, vuelven los acertijos para ir despabilando las neuronas en el comienzo del año laboral.
Esta vez, con un enigma de enunciado sencillo pero cuya respuesta contraría la intuición. Se trata de un problema muy famoso, conocido normalmente como “el problema de Monty Hall“, que era el conductor del famoso programa de entretenimientos americano“Let’s make a deal”.
Este problema, a su vez, es derivado de un acertijo llamado “Los tres prisioneros”, creado por el gran matemático Martin Gardner en 1959 y está incluido en muchos libros, incluyendo el tomo uno de “Matemática, ¿Estás ahí?” de Adrián Paenza.
El enunciado, según Empresate es:
Un día, nuestro querido amigo Miguel va a un programa de entretenimientos en la TV. Una vez allí, se le presentan tres puertas. Detrás de una de ellas hay un automóvil de lujo. Detrás de las otras dos, hay un paquete de pastillas “Refresco”.
Miguel debe elegir una puerta y obtiene como premio lo que haya atrás de ella. Él está desesperado por ganarse el auto. Elige la número 1 y, antes de abrirla, el presentador, que sabe lo que hay en cada puerta, abre la 2 y le muestra que allí hay un paquete de pastillas. En ese momento le pregunta: “¿Quieres quedarte con la puerta que elegiste o prefieres cambiar a la otra que está cerrada?”.
La pregunta es: ¿debe Miguel cambiar de puerta a la otra que tampoco sabe lo que tiene?. ¿Cómo maximiza sus chances de ganarse el auto y por qué?
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Como siempre, les pido que en los comentarios NO mencionen la solución! La idea no es competir por quién lo resuelve sino disfrutarlo y hacer un poquito de gimnasia cerebral. Y si la solución está demasiado a mano se hace demasiado tentador mirarla.
También les recomiendo que no lo googleen. Traten de resolverlo sin perder la paciencia si al principio se resiste un poco. Como siempre, yo voy a poner la solución como comentario una semana después como para que realmente los que no lo conozcan puedan tratar de resolverlo.
Foto: Thomas Euler

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