Por eso cuando se sufren lesiones musculares, el tratamiento convencional es reducir este proceso con medicamentos antiinflamatorios, como la cortisona.
BBC Ciencia
Científicos en Estados Unidos descubrieron que la inflamación sí cumple -después de todo- un papel en la sanación de heridas musculares.
La inflamación libera un compuesto que ayuda a reparar el músculo.
Los investigadores encontraron que la inflamación, que es una respuesta biológica de los tejidos vasculares a estímulos externos, produce altos niveles de un compuesto que aumenta significativamente el ritmo de regeneración muscular.
El hallazgo, afirman los científicos en la revista de la Federación de Sociedades Estadounidenses de Biología Experimental (FASEB), podría cambiar la forma como se tratan este tipo de lesiones.
En particular, dice el estudio, quizás habrá que repensar si los poderosos fármacos antiinflamatorios son necesarios cuando se sufren estas heridas.
"Esperamos que nuestro descubrimiento conduzca a estudios más detallados para investigar los distintos roles que juega la inflamación de tejidos en la clínica", afirma el doctor Lan Zhou, uno de los científicos del Centro de Investigación de Neuroinflamación de la Clínica Cleveland, en Ohio.
"Esperamos así poder utilizar los efectos positivos de la inflamación de tejidos y controlar sus efectos negativos", agrega.
Inflamación controlada
Hasta ahora, la creencia generalizada es que la inflamación debe ser en gran parte controlada para estimular la sanación.
Y aunque desde hace tiempo se ha sabido que el exceso de estos fármacos lentifica el proceso de curación, hasta ahora no se sabía la causa.
El doctor Zhou y su equipo estudiaron dos grupos de ratones. Los animales que formaban parte del primero fueron alterados genéticamente para que no pudieran tener una respuesta inflamatoria después de una herida muscular grave.
El segundo grupo eran ratones normales.
Ambos grupos fueron sometidos a lesiones musculares inducidas con cloruro de bario, un compuesto químico tóxico.
Las lesiones graves por lo general se tratan con fármacos antiinflamatorios.
Los científicos descubrieron que la herida de los ratones del primer grupo no logró sanar, pero en los del segundo grupo su organismo sí logró reparar la lesión.
Cuando los investigadores analizaron a los ratones más detalladamente encontraron que en las lesiones musculares de los animales normales había grandes cantidades de un factor de crecimiento -un compuesto producido de forma natural- llamado factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1).
Esta sustancia, explican los científicos, había sido producida por los macrófagos, un tipo de células inmunitarias encargadas de la respuesta inflamatoria.
Y su presencia en las lesiones musculares de los animales del segundo grupo condujo a una mejora significativa en la reparación muscular.
"Para que las heridas sanen necesitamos una inflamación controlada, ni demasiada, ni muy poca", dice el doctor Gerald Weissmann, editor en jefe de la revista FASEB.
Agrega que este estudio "demuestra que el factor de crecimiento insulínico tipo 1 y otros materiales liberados por las células inflamatorias contribuyen a la curación de heridas".
Los expertos creen que estos resultados podrían conducir a una nueva forma de terapias para las lesiones musculares agudas ya sean causadas por trauma, sustancias tóxicas, infecciones y otros procesos que pueden causar daño muscular.
En particular, agregan, habría que repensar la forma como se diseñan las terapias de deportistas que sufren lesiones en los tejidos musculares y quienes, por lo general, son sometidos a largos tratamientos de fármacos antiinflamatorios.
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