3 tips para la excelencia ejecutiva

1.-Reglas para el discurso perfecto

Un discurso perfecto no debe durar más de 18 minutos, según los especialistas. (Foto: Photos to go)

La fórmula de 4

Resuelva: ¿cuál es el anuncio?, ¿qué hacer al respecto?, ¿qué se obtendrá? y ¿cuál será el impacto?

Directo y corto

Extiéndase máximo 18 minutos. Incluya cifras y anécdotas.

Positivo y neutral

Evite frases negativas.

Cierre de oro

Exponga un ejemplo y trasládelo a la audiencia.

Cuide la comunicación no verbal

No generará empatía si da el discurso mirando al suelo, los apuntes o con la voz quebrada.

Mejor temprano

En la mañana entre 10:00 y 11:00 para tener la atención de las personas. Evite las comidas.

FUENTE: Fernando Cabrera, académico de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, Ciudad de México.

2.-De CFO a CEO

Un presidente financiero tiene las armas para tomar la dirección de una empresa. (Foto: Photos to go)

  

Nadie mejor que un CFO para suceder al líder: conoce el negocio, colabora en la toma de decisiones y mantiene el balance entre el riesgo, la utilidad y el crecimiento.

Sin embargo, existen tres mejoras que harían que cada vez más CFO alcancen el máximo puesto en una empresa:

• Elevar su participación en los temas relacionados con el mercado.
• Incrementar su entendimiento e involucrarse más con laagenda estratégica para llegar a los objetivos.
• Dejar de ser sólo los ejecutores de procesos administrativos para evolucionar y transformarse en Business Advisors, los cuales tienen un rol de mayor impacto en los resultados.

FUENTE: Roberto Cuevas, CFO de Accenture México.

3.-Evita el síndrome del ejecutivo Superman

Un trabajo en equipo es importante para lograr el éxito como líder. 

Según Santiago Álvarez de Mon, del IESE, no es bueno ser el ‘megacrack' del management, porque tarde o temprano fracasarás.

Aquí mostramos cómo curar este mal y salir avante de la recuperación.

Sea humilde. Es la cualidad fundamental de un ejecutivo.

Construya. Hágase de un equipo con una dirección en común.

Libere talento. Genérelo en su propio equipo de trabajo.

Sea paciente. No se imponga sólo porque sí.

Desarrolle mentalidad de largo plazo. Aprenda cuándo correr y cuándo recuperarse.

Invierta en usted. Cuide su base filosófica y una cultura sana que le dé perspectiva.

Por: Carlos Xalapa Ordóñez