El Banco Central implementa una estrategia que le permite ahorrar costos a la vez que facilita que el Gobierno reciba recursos para cuadrar el presupuesto nacional.
Básicamente, desde finales de 2009, el BCV se aseguró de que el dinero que los bancos no otorgan en créditos no tuviese otro destino que los bonos y letras del tesoro que emite el Ministerio de Finanzas.
Para lograr este objetivo el Banco Central disminuyó el uso de los papeles que utiliza para absorber dinero del mercado y que tienden a competir con los bonos que necesita colocar Finanzas.
Para asegurarse de que no habría más opción que los bonos de Finanzas, le indicó a los bancos que el saldo de títulos del BCV en el portafolio no puede superar el monto registrado en noviembre de 2009.
Gracias a estas medidas, en 2010 el monto del dinero colocado por las torres bancarias en bonos y letras del tesoro emitidos por Finanzas crece 123% desde 20 mil 735 millones de bolívares hasta 46 mil 311 millones, según datos de la Superintendencia de Bancos.
Al mismo tiempo, los fondos colocados en los títulos del Banco Central no aumentan permitiendo que el instituto disminuya significativamente el pago que debe hacer por intereses.
El balance del Banco Central indica que en 2010 el pago por intereses y vencimientos de sus bonos representó 665,7 millones de bolívares, una magnitud que se traduce en un descenso de 66% respecto a 2009.
Tesoreros de bancos privados señalan que la mayor cantidad de bonos emitidos por Finanzas en el portafolio elevan el dinero colocado en títulos de largo plazo a la vez que se asume mayor riesgo en la capacidad de pago del Gobierno.
En el extremo positivo, los beneficios provenientes de los bonos del Estado son libres de impuestos y reportan ganancias que ayudan a soportar la rentabilidad.
La administración de Hugo Chávez ha preferido endeudarse en mayor medida dentro del país que en el exterior, algo comprensible si se toma en cuenta que los compromisos son en bolívares, a tasas de interés bajas y una porción muy importante se encuentra en el portafolio de la banca estatal.
Las cinco instituciones que pertenecen al Estado (Venezuela, Bicentenario, Industrial, Tesoro y Banco Agrícola) tienen en sus portafolios 42% del total de los bonos y letras del tesoro adquiridos por el sistema financiero al Gobierno.
La deuda interna, que se ubica en un total de 83 mil 046 millones de bolívares al incluir a los bonos comprados por la banca los que se encuentran en manos de otros actores de la economía, representa al cierre del año pasado 47% del total de compromisos de la República, la magnitud más elevada en los últimos 36 años.
Si bien en términos del tamaño de la economía la deuda venezolana no representa una carga excesiva, analistas resaltan que los compromisos crecen todos los años en un período de elevados precios del petróleo en los que, lo más recomendable, hubiese sido ahorrar para el futuro.
Otro factor a tomar en cuenta es que el mercado internacional ha venido aumentando las tasas de interés que le cobra a la República.
En 2009 el Ministerio de Finanzas vendió bonos en divisas a un plazo de 15 años a una tasa de interés de 8,25% y en 2010 tuvo que colocar bonos a 12 años a una tasa de 12,75%.
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