A lo largo de la vida, en ocasiones tomamos malas decisiones en el ámbito financiero, ésto puede deberse a poca preparación o a dejarnos llevar por impulsos momentáneos, cualquiera que sea el caso, lo que realmente importa es tratar de corregir esas actitudes que podrían sumarnos un dolor de cabeza que no necesitamos.
1. Exceso de confianza: Esto es lo que hace que muchas decisiones de dinero se tomen sin ser cuestionadas, a pesar de la cantidad abrumadora de información que existe, las personas ponemos demasiada fe en nuestra intuición y así alimentamos la máquina automática que toma decisiones (erróneas) por nosotros.
2. Poca preparación: Te conviene hacer tu tarea, muchas personas creen que casi todo sucede al momento de una negociación pero la verdad es que los buenos acuerdos se cocinan desde antes. En una negociación, mientras más preparado te encuentres para poder enfrentarla mejor será el resultado.
3. Ignorar las respuestas de terceros: Este es un clásico. Ya saben es imposible tomar una decisión sin que esto afecte/beneficie a otra persona. Las decisiones de dinero son del tipo donde la negociación deberá considerar a las posibles respuestas de los demás.
4. Situación Ganar – Perder: Creemos erróneamente que negociar es una situación de ganar o perder y por lo general uno debe de ganar para hacer que el otro pierda. Esto nos bloquea para seguir adelante con difíciles negociaciones porque ceder en nuestra mente nos indica que estamos perdiendo.
5. Impulsos momentáneos: Otro clásico, desviar tus objetivos de largo plazo porque se te cruzó un bolso maravilloso o un gadget increíble. El ¡lo quiero ahora! puede causar que te arrepientas después pues seguramente no has pensado adecuadamente en las consecuencias y mucho menos en las alternativas que tienes para realizar tu compra.
6. Anclarse: Casi todas las negociaciones tienen un punto de anclaje, es decir un punto sobre el cual la negociación gira. Si yo empiezo con 800 mil bolívares por una casa, luego podría obtener como respuesta una contra oferta por 700 mil bolívares. El problema aquí radica en que la persona ya aceptó el primer número como un buen punto para iniciar la negociación.
7. Escalar las situaciones: Las cosas no andan bien y nosotros las hacemos andar aún peor. En ocasiones demostramos nuestra terquedad doblando la apuesta a una situación que no está generando nada. Mostrar fe en lo que haces es bueno pero hay que aprender a brincar del barco en el momento adecuado.
8. Enfocarse sólo en vencer al contrario: El dinero ya no importa, todo lo que deseo es vencer a mi contrincante. Este primitivo sentimiento nos lleva a negociaciones que nos afectan y que ignoran por completo nuestro verdadero deseo de ganar la negociación.
9. Ignorar tus alternativas: Cuando compras, vendes o tomas una decisión de dinero. ¿Conoces tus alternativas? el poder de una negociación radica justamente en saber esto. Sin saber que más podrías hacer con ese dinero o que otra casa te gusta para comprar lo más probable es que asumas la parte menos favorable de la negociación.
10. El futuro te asusta: Eres de los que se deja llevar por los vendedores cuando te ofrecen garantías extendidas de servicio en el momento que dicen: “Imagine que se descompone” o “Si le llegaran a robar su patrimonio” tu en verdad te proyectas todo tipo de situaciones apocalípticas que te hacen abrir tu cartera y tratar de asegurarte ante todo. Caer fácilmente en “pesadillas futuristas” te puede llevar a tomar decisiones que van en contra de las estadísticas de que en verdad te suceda algo así.
Dominatusfinanzas.com
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