El mandatario estadounidense, Barack Obama, emprenderá una gira latinoamericana entre el 19 y el 23 de marzo que incluirá a Brasil, Chile y El Salvador. Así, la Casa Blanca confirmó las intenciones que el presidente anunció en enero pasado.
Durante su viaje Obama se reunirá con los líderes de esos países para abordar una amplia gama de asuntos, desde la prosperidad económica y la creación de empleo mediante un aumento del comercio y las sociedades, hasta la cooperación en energía y seguridad y los valores compartidos, y otras cuestiones de interés regional y mundial.
Durante su estancia en Brasil, la mayor potencia económica sudamericana, Obama tiene previsto reunirse con la nueva presidenta del país, Dilma Rousseff, para discutir áreas como la energía limpia, el crecimiento global o la asistencia a Haití.
En Chile, un buen ejemplo de estabilidad política y progreso económico, Obama se reunirá por primera vez con el presidente Sebastián Piñera para abordar una mayor cooperación bilateral y regional.
Chile "es uno de nuestros socios más cercanos en América Latina, ha sido un gran contribuyente en Haití y se ha convertido rápidamente en un líder regional en materia de seguridad nuclear, energía limpia y gestión de crisis", declaró la Casa Blanca.
En El Salvador, Obama se entrevistará con el presidente Mauricio Funes, un político izquierdista que ha adoptado una política moderada y con quien ya se vio en Washington en marzo pasado. La Casa Blanca ve a Funes como "un líder que colabora para superar las tradicionales divisiones ideológicas en su país y hacer avanzar el bienestar de su pueblo".
Los analistas afirman que además del intento de retomar el dinamismo de las relaciones entre EE. UU. y América Latina, Obama busca recuperar el terreno perdido a China, que ha avanzado recientemente en sus relaciones políticas y económicas con esa región.
Además, algunos líderes latinoamericanos, entre ellos el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, expresaron su apoyo al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, en torno a los planes de enriquecimiento de uranio que el país de Medio Oriente declaró estar destinado para el desarrollo de energía atómica con fines pacíficos y que, por otro lado, causan temor en Occidente de que Teherán esté tras un programa militar. En esta materia, Obama buscaría redefinir las relaciones, empañadas por tal postura de Lula, con la nueva presidenta brasileña Dilma Rousseff.
El tema del narcotráfico y la forma de combatir los carteles de drogas, problema grave no sólo en México sino también en otras naciones latinoamericanas, es muy probable que sea discutido durante la visita.
Esta será la primera visita de Obama a Sudamérica y su tercera visita a América Latina después de que en 2009 se desplazara en dos ocasiones a México y participara en la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago.
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