La razón de esta proyección versus el cierre de 27,2% en 2010, se debe básicamente a razones internas y externas. Con relación a la interna, tenemos el impacto del ajuste cambiario y un mayor nivel de liquidez en la economía producto del incremento en el gasto publico. Ciertamente preocupante, detrás de este cuadro de una posible mayor inflación existen factores de carácter externo, como es el reciente y persistente salto mostrado por las cotizaciones de algunos commodities relevantes para la economía nacional, como es el caso del trigo, entre otros.
De hecho, este viernes la FAO informó que los precios mundiales de los alimentos alcanzaron un nuevo récord histórico en enero, por séptimo mes consecutivo. Todos los grupos de productos básicos controlados registraron fuertes subidas, excepto para la carne, que permanecieron invariables.
En el plano interno, el riesgo de que aumenten las presiones inflacionarias guarda relación con que estamos frente a un nuevo año de mejora en la actividad económica (PIB entre 0 a 1,5% tras dos últimos años de una contracción económica), que debiera incluir mejoras en materia de empleo (como consecuencia de un mayor dinamismo en el sector construcción) y, por ende, un ambiente más propicio para que se incrementen las decisiones de gasto de los venezolanos. En este escenario, lo más factible es que el ejecutivo nacional deba modificar al alza su estimación de la inflación para el 2011, inicialmente calculada entre 23% y 25%.
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