El terremoto de magnitud 8,9 provocó un desplome de la bolsa japonesa y, de paso, llevó a las acciones globales a su menor nivel en casi seis semanas. Plantas automotrices, fábricas de productos electrónicos y refinerías cerraron el viernes a lo largo de Japón, tras un poderoso terremoto que golpeó al país y generó un tsunami, destruyendo carreteras y dejando sin electricidad a millones de casas y empresas.
Líderes de los partidos de Gobierno y oposición exigieron un presupuesto de emergencia para financiar las obras de reconstrucción después de que el primer ministro Naoto Kan los llamó a "salvar al país", dijo la agencia de noticias Kyodo.
Varios aeropuertos, como el Narita de Tokio, permanecían cerrados y los ferrocarriles no operaban. Todos los puertos del país estaban cerrados.
El gigante de la electrónica Sony Corp, uno de los mayores exportadores de la nación, cerró seis fábricas, reportó Kyodo, según Reuters.
"Hay fábricas de autos y semiconductores en el norte de Japón, por tanto habrá algo de impacto económico debido al daño a las fábricas", explicó Yasuo Yamamoto, economista de Mizuho Research Institute en Tokio.
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