Las estadísticas del Banco Central indican que el freno en la inflación de alimentos obedece principalmente a que los productos agrícolas, por factores estacionales, no han aumentado en lo que va de año.
En los primeros cuatro meses, en promedio, el precio de los productos agrícolas registra un descenso de 1,3% gracias al tiempo de cosecha.
El año pasado la fuerte sequía que impactó al país y el daño que la plaga produjo en una serie de cultivos determinó que en los primeros cuatro meses los productos agrícolas aumentaran 35,7%, pero este año sí se ha sentido el factor estacional. El precio de los alimentos, la variable que más impacta a la población, ha comenzado a aumentar con menos velocidad, de hecho, en los primeros cuatro meses de este año acumula un salto de 6,6% versus 17,4% en el mismo lapso de 2010.
No obstante es temprano para asegurar que el desajuste que eleva los precios está controlado.
Históricamente al concluir el período de cosecha el precio de los productos agrícolas comienza a aumentar y lo previsible es que la inflación tome impulso en el corto plazo.
Otro elemento a tomar en cuenta en el comportamiento que ha tenido el precio de los alimentos es que el poder de compra del salario cayó en 2010 y durante el primer trimestre de este año, de tal forma, que el consumo se ha debilitado.
Las estadísticas del Banco Central de Venezuela registran que en 2010 el consumo de bienes de los hogares, una categoría que incluye alimentos y bebidas, textiles, calzado, muebles, artefactos del hogar, electricidad y agua, entre otras variables, cae 4,9% respecto a 2009 y si se contrasta con 2008 el descenso es de 11,7%.
Al disminuir el consumo de las familias el desajuste que existe entre la oferta y la demanda se hace menos crítico y los precios tienden a aumentar con menos velocidad.
Productores agrícolas explican que la caída del consumo ha sido importante y los supermercados disminuyeron sus compras durante el primer trimestre.
Analistas consideran que el consumo tomará aliento gracias a la inyección de gasto del Gobierno, que está decidido a reanimar la economía en un año que sirve de antesala a la elección presidencial de 2012.
En los dos primeros meses de este año el gasto público, sin incluir las erogaciones relacionadas al pago de deuda, se incrementa 23% respecto al mismo lapso del año pasado aun después de ajustar el efecto de la inflación.
El peligro es que la inyección de gasto se traduzca en más bolívares detrás de los mismos productos, una ecuación que se traduce en alza de precios.
La inflación de alimentos también ha sido más baja este año porque el Gobierno ha retrasado el ajuste de los productos controlados tras la devaluación de enero.
Por ejemplo, el martes de esta semana apareció en Gaceta Oficial el decreto que autoriza un incremento de 30% en el precio del arroz y la harina que estará vigente a partir del 15 de agosto.
El componente importado también es clave. El índice de precios internacionales de los alimentos cerró el primer trimestre de este año con un alza de 37%.
Así, los alimentos importados que son esenciales para evitar la escasez de una amplia gama de productos no solo aumentarán de precio por la devaluación, también reflejarán la inflación internacional en cereales y hortalizas.
vsalmeron@eluniversal.com
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