"Empresas que aumentaron sus niveles de producción en el primer trimestre porque tenían que liquidar todo el inventario que tenían a 2,60 para que a los tres meses, como se les prometió, se ajustaran los precios a la estructura de costos de 4,30", sostuvo Carlos Larrazábal, presidente de Conindustria, quien explicó que en los primeros tres meses del año, algunas industrias elevaron su rendimiento con la finalidad de agotar inventarios comprados con el antiguo tipo de cambio. Las estadísticas oficiales mostraron un repunte de la economía en el primer trimestre del año. Uno de los saltos más importantes lo registró la manufactura, que subió 7,6%, según los datos del Banco Central de Venezuela (BCV).
Pese a lo positivo del número, en la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) son cautelosos y sostienen que todavía la actividad manufacturera no muestra signos reales de recuperación, salvo en sectores puntuales.
No obstante, son pocos los sectores donde el Ejecutivo ha permitido variaciones de precio y los fabricantes han detenido la producción. "Vemos como hay productos que no aparecen en el mercado porque obviamente a pérdida sólo el Estado puede estar produciendo", indicó Larrazábal.
Empresas Polar advirtió recientemente que no podía continuar elaborando el aceite Mazeite, debido al desfase entre el costo de la materia prima internacional y el precio de venta permitido por las autoridades locales.
El rezago de los precios es sólo uno de los problemas que deberán evadir los industriales de cara al segundo tramo de 2011. Y es que la crisis eléctrica y la falta de insumos son los dos grandes obstáculos que amenazan con frenar la producción y, sobretodo, con impedirle a los fabricantes nacionales aprovechar el auge de una demanda que estará impulsada por el aumento del gasto público.
"Las medidas que están restringiendo la producción nacional siguen presentes. En lo que son productos transables que requieren todo un proceso productivo y que requieren toda una logística nosotros no lo estamos viendo (crecimiento)".
De acuerdo a la encuesta de coyuntura que realizó el gremio en el primer trimestre del año, un 80% de los industriales sostuvo que la falta de proveedores locales es el principal problema del sector.
Larrazábal aseveró que eso está asociado a la escasa producción de las empresas básicas y al mal rendimiento de las compañías estatizadas en los últimos años.
"Anteriormente nosotros no conocíamos problemas de escasez de cemento, no se conocía escasez de cabilla, ahora hasta se descubren mafias en la comercialización de estos productos (...) Eso es producto de la incapacidad e ineficiencia del Gobierno, se mete a operar cosas que no sabe operar".
Este escenario afecta a empresas vinculadas a la construcción, la metalurgia o los fabricantes de autopartes, entre otras. "¿Cómo vamos a aumentar la oferta de producción nacional si no tenemos insumos, si las empresas del sector plástico no tienen las resinas de Pequiven, si las empresas que transforman el aluminio no reciben el aluminio en las cantidades que requieren?", se interrogó el presidente de Conindustria.
El comportamiento de la crisis eléctrica será otro factor clave para un posible repunte de la manufactura. A diferencia de lo que sostienen las autoridades, Larrazábal expresó que una menor disponibilidad de energía influye en el comportamiento de las fábricas.
"¿Cómo se logra eso (crecimiento) si no vamos a tener la energía suficiente?". En la encuesta de coyuntura del primer trimestre, un 70% de los industriales citó a la crisis eléctrica como una limitante para elevar la producción.
Indicó, además, que el cobro de multas a las industrias que no logren reducir 10% su consumo mensual de energía, sólo se traducirá en más costos que a la larga afectarán el bolsillo de los consumidores.
También reiteró que no está garantizado el suministro de combustibles líquidos (diesel, fuel oil) o del gas para surtir a quienes inviertan en plantas de autogeneración.
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