El Gobierno nacional ha hipotecado al país, mediante un irreflexivo endeudamiento tanto interno como externo. Las cifras son más que elocuentes y hablan por si solas. La deuda interna para el año 1998 era de Bs. 2.530.346 millones, se estima que para el cierre de 2010 se ubicará por encima de Bs.F. 53 millones. No incluyen los pasivos laborales del Estado, ni deuda por fondos de seguridad social aportados por ciudadanos y diluidos, ni pasivos ocultos a través de diversas operaciones y compromisos del Gobierno, PDVSA y sus filiales.
Con respecto a la deuda externa, las cifras no son nada alentadoras, el monto consolidado de la misma era de $ 24.169 millones para el año 1998, se estima que la misma cerraría el año 2010 en $ 112.939 millones, sumando el endeudamiento externo, los bonos de la deuda pública, los pagos pendientes por estatizaciones y las ventas de petróleo a futuro contra dinero en efectivo para gastarlo hoy (Fondo Chino e Iraní), junto con los bonos emitidos por el BCV, equivalen al 50 por ciento del PIB en términos reales. Por cierto, que con relación a este porcentaje de la deuda con relación al PIB, se ha venido manipulando con respecto a la tasa de cambio que se utiliza, para intentar convencer, que no solamente la incidencia de la deuda es baja con respecto al PIB, si no que aún existe margen para seguir contratando más deuda, por cierto, pagando los intereses más altos del mercado, habida cuenta de nuestro riesgo país.
Más grave resulta conocer, que por el servicio de la deuda interna y externa (capital más intereses), la nación deberá cancelar en 2011, $ 19.8 millones, que representa el 55 por ciento de las reservas internacionales.
El régimen una vez agotados los recursos fiscales ordinarios, recurre al endeudamiento interno y externo, y lo que es más grave, obliga al instituto emisor a imprimir dinero inorgánico (sin respaldo), para distraer a la opinión pública de los graves errores de política económica, que incluyen una onerosa política exterior, que sólo se explica por una obsecuente ideología trasnochada. ¡Eso creemos!
Con respecto a la deuda externa, las cifras no son nada alentadoras, el monto consolidado de la misma era de $ 24.169 millones para el año 1998, se estima que la misma cerraría el año 2010 en $ 112.939 millones, sumando el endeudamiento externo, los bonos de la deuda pública, los pagos pendientes por estatizaciones y las ventas de petróleo a futuro contra dinero en efectivo para gastarlo hoy (Fondo Chino e Iraní), junto con los bonos emitidos por el BCV, equivalen al 50 por ciento del PIB en términos reales. Por cierto, que con relación a este porcentaje de la deuda con relación al PIB, se ha venido manipulando con respecto a la tasa de cambio que se utiliza, para intentar convencer, que no solamente la incidencia de la deuda es baja con respecto al PIB, si no que aún existe margen para seguir contratando más deuda, por cierto, pagando los intereses más altos del mercado, habida cuenta de nuestro riesgo país.
Más grave resulta conocer, que por el servicio de la deuda interna y externa (capital más intereses), la nación deberá cancelar en 2011, $ 19.8 millones, que representa el 55 por ciento de las reservas internacionales.
El régimen una vez agotados los recursos fiscales ordinarios, recurre al endeudamiento interno y externo, y lo que es más grave, obliga al instituto emisor a imprimir dinero inorgánico (sin respaldo), para distraer a la opinión pública de los graves errores de política económica, que incluyen una onerosa política exterior, que sólo se explica por una obsecuente ideología trasnochada. ¡Eso creemos!
Alfredo Gordon
No hay comentarios:
Publicar un comentario