280.041 colombianos se vieron obligados a abandonar sus hogares en 2010 a causa del conflicto armado y la violencia, informó hoy la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes).
De estos desplazados, una tercera parte corresponde a personas que procedían de zonas cuyo control fue recuperado por las fuerzas de seguridad y que antes eran áreas en manos de grupos armados ilegales, agregó Codhes en su informe anual 2010 sobre desplazamiento, derechos humanos y conflicto armado.
Con estas cifras se eleva a 5,19 millones los colombianos que han huido de sus lugares de residencia desde 1985, todos por "razones de violencia", subrayó esta organización no gubernamental.
En una conferencia de prensa, el presidente de Codhes, Jorge Rojas, subrayó que las víctimas del año pasado se desplazaron a 1.014 municipios de 31 de los 32 departamentos del país.
Del total de desarraigados, 4.061 pertenecen a cuatro pueblos indígenas que sufrieron catorce éxodos masivos, entre ellos de la etnia Nukak Makú, la única nómada que existe en el país y que está en peligro de extinción, según precisa Codhes en "¿Consolidación de qué? Informe sobre desplazamiento, conflicto armado y derechos humanos en Colombia en 2010".
El estudio destaca que otros 70.010 desplazados son de comunidades afrocolombianas, colectivo que sigue afectado de manera sistemática y desproporcionada por este fenómeno.
"En esta ocasión nos hemos enterado que buena parte de los desplazados en Colombia proceden de zonas especiales de consolidación (de la seguridad)", apuntó el presidente de la ONG.
Rojas aludió a catorce áreas que ocupan el llamado Plan Nacional de Consolidación Territorial, diseñado en 2007 por el Gobierno del ahora expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) y en ejecución desde 2008.
Estas zonas comprenden 86 municipios de 17 departamentos, recordó el presidente de la ONG, y observó que de ellas procede el 32,7 por ciento (unas 91.499 personas) de los desplazados del período.
"Algo no está funcionando en ese modelo de consolidación", advirtió Rojas, al observar que en dichas zonas actúan nuevas bandas de paramilitares y siguen presentes reductos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las dos guerrillas activas en el país.
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