El periódico El País, de Madrid, uno de los más afamados y prestigiosos medios impresos de Hispanoamérica y del mundo, tan considerado a nivel global como El New York Times, el Washington Post, Le Monde, de Paris, el Times de Londres o los dos principales medios de lengua alemana – Die Züricher Zeitung y el Frankfurter Allgemeine Zeitung – tuvo la excelente iniciativa de premiar anualmente a los más destacados periodistas del mundo. Lo viene haciendo a través de la Fundación José Ortega y Gasset, el más grande pensador en lengua española y ha adquirido más fama y prestigio a medida que involucra en sus jurados a grandes escritores y periodistas y premia la excelencia de quienes han honrado esa difícil e imprescindible profesión, sin la cual ni la democracia, ni la paz ni el entendimiento entre las naciones serían posibles.
Honra y enaltece a Venezuela que en su edición del 2011 una de las menciones del premio Ortega y Gasset de periodismo le haya sido concedida a un académico e intelectual venezolano de inmenso prestigio y renombre en el ámbito internacional: Moisés Naim. Quien después de una muy fructífera labor al frente de la revista especializada en asuntos internacionales Foreign Policy asumiera otras actividades de asesoría internacional y viera sus extraordinarios artículos publicados en más de cuarenta medios internacionales. Moisés Naim, quien formara parte de ese extraordinario gabinete de jóvenes académicos y expertos que acompañara al ex presidente Carlos Andrés Pérez, es hoy por hoy uno de los más importantes pensadores de la actualidad política internacional a nivel global, y su inmensa cultura y su acendrada curiosidad lo capacitan a ocuparse de los más variados temas de interés en asuntos de políticas públicas.
Duele y conmueve que talentos de tanta envergadura como el de Moisés Naim, el de Ricardo Hausmann, el de Ana Julia Jatar, el de Carlos Blanco, el de Gerver Torres y tantos y tantos otros académicos, profesionales y técnicos venezolanos se vean obligados por las dolorosas circunstancias por que atravesamos a ocupar cátedras en Harvard, en Chicago, en Cambridge y en tantos otros centros de estudios e investigación de la más alta calificación. He tenido el honor de trabar conocimiento y contacto con otros de nuestros orgullos, el experto en educación y asesor en materia educativa de distintos gobiernos del mundo, entre los cuales de Pakistán y Brasil, Fernando Reimers. ¿Cuántos miles de cerebros venezolanos se han visto obligados a buscar otros horizontes, desvalorizando con ello nuestro riquísimo capital humano, tan necesario a la hora de refundar la república y hacernos al maravilloso esfuerzo por volver a situar a Venezuela entre las grandes naciones del mundo?
Hay que ser mezquino y miserable, inconsciente, mediocre y venal, para no sentir orgullo por nuestros talentos, desterrados por razones ajenas a la fuerza de sus voluntades. Conociéndolos personalmente a todos ellos, como me precio, se que no dudarán un segundo en obedecer al llamado de la Patria, cuando sus talentos sean requeridos. Estarán a la vanguardia de la reconstrucción nacional.
Antonio Sánchez García
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