Después del fuerte rebote de la divisa norteamericana contra el euro que se vivió anteayer, que provocara que la cotización de la plata se desplomara más de un 8%, el metal encadenó ayer su segunda sesión en negativo al ceder un 3,25%, hasta los 34,03 dólares la onza. No obstante, llegó a marcar un precio mínimo en el intradía situado en los 32,21 dólares.
El activo acumula un retroceso superior al 10% entre las dos sesiones, y ya corrige en torno a un 30% desde sus máximos en el año, que marcó en los 48,44 dólares por onza el pasado 28 de abril.
En su informe sobre materias primas, el gestor de Threadneedle Nicolas Robin explicaba que "la plata ha sido el único mercado de materias primas que ha mostrado signos de sobrevaloración desde el comienzo del año". En esta ocasión, el motivo del castigo de los bajistas estuvo motivado por las medidas económicas que anunció ayer China para intentar enfriar su inflación. Medidas que fueron recogidas con inquietud tanto en los principales mercados mundiales como en las cotizaciones de las materias primas, ante el temor a que supongan un obstáculo a la recuperación económica mundial (ver informaciones en la misma página).
Las reacciones de los otros dos principales metales preciosos, el oro y el cobre, fueron dispares. Por un lado, el metal amarillo cedió en torno a un 0,3%, que sirvió para que volviera a perder la cota psicológica de los 1.500 dólares por onza. "Los inversores están recogiendo beneficios en el oro para compensar las pérdidas en otros activos", declaró el analista Carsten Fritsch, de la firma Commerzbank, a la agencia financiera.
Las medidas adoptadas por China tuvieron un eco diferente en la cotización del cobre. Éste se apreció alrededor de un 1,4%, hasta los 396,7 dólares, ante las expectativas de que incremente su demanda en los próximos meses. No se debe olvidar que el gigante asiático es precisamente el principal comprador de cobre del mundo.
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