"Estamos trabajando para que la mayoría de estos créditos entren este mismo año (...) seguimos dándole mucho énfasis a la Faja y estamos trabajando para convertirla en un gran centro industrial, de servicios", dijo el ministro de Energía y Petróleo y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, quien manifestó ayer a Reuters que Venezuela espera recibir dos créditos por 5.500 millones de dólares de bancos chinos e italianos, para financiar proyectos de crudo pesado en la Faja del Orinoco.
Sin dar mayores detalles sobre las entidades financieras involucradas, Ramírez indicó que una empresa mixta constituida entre Pdvsa y China National Petroleum Corporation recibiría cerca de 4.000 millones de dólares; mientras que otra empresa mixta entre Pdvsa y la italiana ENI dispondrá de 1.000 millones de dólares para financiar sus proyectos.
Los proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco requieren cerca de 80 mil millones de dólares en inversiones conjuntas de Pdvsa y sus socios para desarrollar la infraestructura de extracción, procesamiento, mejoramiento y refinación de esos crudos extrapesados.
El presidente de Pdvsa resaltó su satisfacción y tranquilidad por "saber que contaremos con ese dinero en caja. Requerimos un piso fiscal garantizado, en medio de la gran volatilidad de los precios del crudo".
Estos préstamos para actividades medulares de la industria coinciden con otro ya acordado por Pdvsa con el Banco de Cooperación Internacional de Japón (JBIC), por 1.500 millones de dólares que se invertirá en la expansión de las refinerías Puerto La Cruz, Santa Inés, y El Palito, para que puedan procesar los crudos pesados venezolanos, e incrementar su volumen de carga.
Deuda en expansión
Esta misma semana Pdvsa anunció la emisión privada de 1.500 millones de dólares en papeles que se entregarán al banco Central de Venezuela, que servirán para afrontar los pagarés de Tesorería emitidos por la industria, y que arrojaban un saldo deudor entre 1.300 y 1.500 millones de dólares.
Esta emisión privada podría realizarse con la reapertura del bono Pdvsa 2022, con el objetivo de oxigenar el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), e implica que se afectará la deuda financiera a futuro de la industria.
Estos nuevos préstamos, tanto los acordados con entidades de China e Italia, como el del JBIC japonés, son mejor vistos por los mercados financieros pues implican que la industria petrolera estatal busca financiamiento para actividades productivas -al menos es lo anunciado-, y no para financiar la política social o cambiaria del Gobierno venezolano.
Tras los nuevos préstamos y acuerdos, la deuda financiera de Pdvsa pasaría de 24 mil 950 millones de dólares al cierre de 2010, a un cifra que remontaría los 30 mil millones de dólares, tras la reapertura y emisión de los bonos Pdvsa 2017 y 2022 por 3.000 millones de dólares cada una, más el préstamo por 1.500 millones de dólares del JBIC, más estos nuevos financiamientos (compartidos con los socios CNPC de China y ENI de Italia, mediante las empresas mixtas), todo durante 2011. EJT
No hay comentarios:
Publicar un comentario