En todo grupo humano, podemos observar la presencia y la actuación de un grupo pequeño, tal vez demasiado pequeño, de personas inconformes y rebeldes, irreverentes y creativas que abiertamente manifiestan su proactividad y ponen manos a la obra de modificar el status quo vigente.Estos individuos no tienen características físicas comunes, hay hombres y mujeres, jóvenes y viejos, guapos y feos, gordos y delgados. Sus características comunes son su iniciativa y creatividad. Son los emprendedores.Ellos no esperan que les digan lo que tienen que hacer, de antemano ya lo han hecho. No necesitan que les muestren el panorama de sus acciones, su amplísima visión les ha enseñado en detalle las consecuencias de sus acciones. Su creatividad hace que los demás los consideremos locos.Ahora bien, es necesario aclarar que no todos los emprendedores son empresarios y recíprocamente, no todos los empresarios son emprendedores. En términos generales podemos distinguir estos conceptos en la base del ámbito de actividad. De acuerdo a lo que mencionamos en párrafos anteriores el emprendedor tiene como características principales su iniciativa, creatividad y visión para iniciar las cosas. Cuando estas características se aplican a la creación y desarrollo de una empresa, el emprendedor opera como empresario.Para efectos de facilitar la comprensión, utilizaremos en este libro, preferentemente la palabra emprendedor, dándole el mismo significado que la palabra entrepreneur en ingles (aunque la palabra es de origen francés) que define a los emprendedores - empresarios.No es necesario ser un agudo observador, para darse cuenta que en la actualidad gozamos de innumerables comodidades y beneficios producto de la inventiva, creatividad y espíritu empresarial. De hecho no es temerario afirmar que el gran motor del desarrollo de la humanidad en los últimos 2 siglos ha sido, sin lugar a dudas, el emprendedor.Reflexionemos sobre algunas de las comodidades a las que estamos tan acostumbrados. Por ejemplo, la luz eléctrica. Tan solo hace menos de un siglo, nuestros antepasados iluminaban sus hogares y calles con velas y lámparas de queroseno y hoy, con solo accionar un interruptor podemos gozar de excelente iluminación.El genio tras esta sorprendente innovación, es el archiconocido Thomas Alva Edison (1847-1931), quien no solo tuvo la suficiente inteligencia para inventar la bombilla incandescente (y muchísimos otros inventos) sino que además contó con un talento empresarial fuera de serie, lo que le permitió comercializar exitosamente su invento y no dejarlo abandonado en el estante empolvado de alguna oficina de patentes.Otro ejemplo notable, es el caso de Henry Ford (1863-1947), quien pasó a la posteridad por hacer del automóvil una herramienta popular y no un juguete para ricos. De hecho, Ford no inventó el automóvil, sino que fue el gran artífice industrial que gracias a revolucionarios sistemas de producción pudo masificar la oferta de esta maquina, que hoy en día, prácticamente se ha apoderado de nuestras ciudades. Tan sólo en el periodo comprendido de 1908 a 1927, Ford vendió 15 millones de unidades del hoy histórico Modelo T.Igualmente notable, es la historia de Alexander Graham Bell (1847-1922), quien con su inventiva y talento empresarial, dio al mundo los beneficios de la telefonía. Gracias a Bell, la comunicación se hizo instantánea y popular, modificando con su aportación, los patrones de conducta tanto de personas, como de empresas y organizaciones.En estos tres casos, la genial invención creció paralela a la oportuna y eficiente comercialización, prueba de ello son las grandes compañías fundadas por estos visionarios empresarios: Thomas Alva Edison fundó la Edison General Electric; Alexander Graham Bell, la Bell Telephone Company (desmembrada en 1986 por efectos de la Ley Antimonopolio, en pequeñas compañías locales, conocidas como Baby Bells y un gigantesco carrier mundial de largas distancias, la famosa ATT); Henry Ford, creó la Ford Motor Company.Si estos geniales hombres transformaron la primera mitad de este siglo, que podemos decir de la impresionante transformación producto de la revolución de las computadoras personales, iniciada, aunque Ud. no lo crea, en 1977, en el garaje de una casa de clase media en California USA, por dos jóvenes adolescentes: Steven Jobs y Steve Wozniak.Y no podríamos dejar de citar aquí, ya que hablamos de computadoras, a quien es considerado el más grande y portentoso empresario del siglo: William H. Gates III, (Bill Gates) quien junto con su amigo Paul Allen, fundó Microsoft, una de las más poderosas compañías que jamás han existido y que lo llevo a ser el más joven multimillonario en la historia de los Estados Unidos.Algunos otros nombre que seguramente reconocerás y compartirás nuestra admiración por su talento empresarial, son: Bill Hewlett, David Packard, King Gillete, Walter P. Chrysler, Toshihiro Honda, William Carrier, Isacc Singer, Harvey Firestone, Enzo Ferrari, Cenobio Sauza, Facundo Bacardi, etc.Ya sean meras comodidades, como son la navaja de rasurar desechable y el aire acondicionado o bien importantes innovaciones tecnológicas y científicas, los beneficios del talento y espíritu empresarial son inobjetables. El empresario ha fungido como el 4º factor de la producción aportando su talento creativo, su audacia para enfrentar riesgos y su visión para detectar oportunidades.La labor del empresario propicia el desarrollo tecnológico, crea empleos, genera beneficios directos e indirectos a proveedores y clientes, contribuye al gasto social y sirve como un potente detonador económico que permite elevar el nivel de vida de la sociedad.Por esto, es necesario que se comprenda la figura del empresario y su importantísima función social, desmitificando además el supuesto de que los empresarios son todos magnates dueños de gigantescas empresas; tan empresarios son el dueño de un puesto de comida callejera, de un taller de carpintería, de un taller de reparaciones domesticas, etc. como el dueño de una importante industria, pues lo único que varia es el tamaño de la empresa y la proporción de sus operaciones.Ante el fantasma del desempleo, ¿no crees que crear tu propio negocio es una buena opción? Bien lo dijo Felipe González, ex presidente de España: ?Es más fácil crear 100 nuevos empresarios que 10,000 empleos?.Es por esto, que se debe aprovechar el potencial juvenil, dando apoyo estructural a los jóvenes empresarios. De acuerdo a un estudio de YBI, se ha concluido que 25% de los jóvenes del mundo cumplen con las características del emprendedor y que podrían arrancar exitosamente una empresa. Sin embargo, el mismo estudio concluye que únicamente un 20% de los jóvenes emprendedores recibe algún tipo de apoyo para transformar su idea en un ente rentable.El reto es, la formación de empresarios creativos, innovadores, socialmente responsables que generen riqueza y valor agregado por medios éticos y moralmente aceptables. ¿Aceptas el desafío?Lic. Jorge A. Gálvez ChoyDepartamento de Ingeniería IndustrialInstituto Tecnológico de Ciudad MaderoMexico
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