Parecía que Portugal había calmado las dudas de los mercados. Pero hoy el fantasma de un posible 'default' ha despertado con fuerza. Esta vez ha sido provocada por la incapacidad de la Unión Europa de adoptar una postura común en lo relativo a los mecanismos de rescate europeos. Esto ha provocado que el interés exigido a la deuda lusa a diez años subas hasta el 7,2%, una cifra récord desde la introducción del euro. La prima de riesgo roza los 417 puntos.
La prima de riesgo de España también está sufriendo las consecuencias. Así, la rentabilidad repunta hasta el 5,2%. En cuanto al diferencial se encuentra, de nuevo, por encima de los 200 puntos: 205 puntos.
La sorprendete decisión del presidente del Bundesbank, Axel Weber, de renunciar a una hipótetica presidencia del Banco Central Europeo (BCE) y que al propio organismo lleva ya dos semanas sin comprar deuda pública han hecho saltar las alarmas.
La elevada penalización sobre los bonos portugueses refleja las dudas de los inversores acerca del estado de sus finanzas, pese a los intentos del Gobierno del país por dar señales de confianza a los mercados través de las duras medidas de ajuste aprobadas en los presupuestos de este año.
La penalización sobre la deuda soberana lusa se situó a principios de esta semana ligeramente por encima del 7 por ciento y aumentó de forma drástica hoy.
De hecho, sólo entre las 08.30 horas GMT y las 09.30 horas GMT, la presión sobre los bonos lusos a diez años se incrementó en más de dos décimas, del 7,41 por ciento al 7,63 por ciento.
El propio ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, reconoció el pasado mes de octubre que si la penalización de su deuda soberana sobrepasaban la barrera psicológica del 7 por ciento, el país entraba en riesgo de tener que solicitar el rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La subida de los intereses vuelve a colocar al país en el disparadero, tal y como ocurrió durante los primeros días de 2011, cuando se multiplicaron los rumores sobre la posibilidad de que Portugal acabe por recurrir a la ayuda externa.
El Ejecutivo socialista del primer ministro José Sócrates ha negado una y otra vez que se plantee siquiera pedir la ayuda externa, y se ha remitido a su compromiso de rebajar este año el déficit público del actual 7,3 por ciento al 4,6 por ciento.
Ayer mismo, el Gobierno luso anunció que los ingresos vía impuestos recibidos por el Estado durante el pasado mes de enero crecieron un 15,7 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, lo que teóricamente le ayudaría a conseguir su objetivo de rebajar el déficit público, a falta de saber la cuantía de sus gastos.
Portugal comenzó 2011 con la entrada en vigor de fuertes medidas de ajuste, entre ellas el aumento generalizado de impuestos, la rebaja salarial a los funcionarios y la caída de la inversión pública.
El país luso acudió al mercado para financiarse por última vez el pasado lunes, cuando vendió 3.500 millones de euros en obligaciones del Tesoro a cinco años a través de una emisión sindicada con varios bancos, y en la que logró un interés del 6,4 por ciento, un poco más alto que al que cotizaban estos mismos títulos en el mercado secundario.
La elevada presión sobre la deuda portuguesa se tradujo en pérdidas en la Bolsa de Lisboa, y su principal índice, el PSI-20, caía un 1,26 por ciento a las 10.15 horas GMT.
El Ibex ha sido el primer y principal damnificado de las dudas sobre la deuda de los periféricos. Si esta semana el selectivo intentaba acabar con la resistencia de los 11.000 puntos, hoy lucha por no perder los 10.700 puntos. ElIbex pierde a media sesión más de un 2% y se mueve en los 10.704 enteros.
BME lidera las pérdidas, pero le sigue de cerca Banco Santander, con caídas del 3,5%. BBVA también está sufriendo con caídas del 2,59%.
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