En un principio, la marca atrajo a los funcionarios públicos y después a los empresarios. Más que ningún otro de los vehículos expuestos en el salón del automóvil de Shanghai, el Audi A6, modelo preferido de los funcionarios y grandes empresarios, encarna el éxito social en China.
“Muchos chinos lo adoran”, asegura Xu Xingen, un empresario de 50 años al sentarse en el asiento trasero, donde prevé pasar parte de su tiempo en desplazamientos. “Es precioso, magnífico. Me voy a comprar uno negro”, anuncia.
“En China, Audi es la marca de los funcionarios”, opina un responsable de una gran empresa. “La forma, el diseño y el espacio interior están bien concebidos, por eso, los responsables chinos le han adoptado rápidamente. Me voy a comprar uno”, agrega este directivo que no quiere dar su nombre.
El A6 expuesto en el salón del automóvil de Shanghai, abierto del 18 al 28 de abril, es plateado, pero también él opta por el negro: “Es más maduro y reposado. Casi todos los funcionarios conducen vehículos negros”, según este cliente, también en la cincuentena.
La mitad de los Audi A6 que se venden en el mundo, van a parar al mercado de China, según la agencia Dunne & Co. Este modelo ha permitido a la marca de los anillos aumentar sus ventas en el mercado chino en un 18,2% a cerca de 52.000 coches en el primer trimestre, frente a un aumento de solo 8% en el conjunto del mercado.
Según el presidente del fabricante, Rupert Stadler, China se convertirá este año en el primer mercado de Audi.
Es tal el símbolo del estatus social que representa el A6, que en Pekín, la importancia de una reunión gubernamental puede determinarse por el número de estos vehículos aparcados en el exterior.Audi fue uno de los primeros fabricantes de vehículos de lujo en el mercado chino, subraya Klaus Paur, director de la agencia Synovate Motoresearch.
“Mucha gente ha comprado el A6 porque era aceptado socialmente. No parecía demasiado elitista porque estaba avalado por el gobierno”, dice Paur.
Pero los A6 pueden convertirse en vehículos demasiado banales ante modelos de otras marcas como BMW, subraya este experto.
Independientemente de lo que pase, Stadler se muestra sumamente confiado. “Hemos necesitado 23 años para vender nuestro primer millón de vehículos en China y pensamos entregar el segundo millón a nuestros clientes en tres años”, dice.
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