abril 18, 2011

Países emergentes desafían al FMI


La reunión del FMI y el Banco Mundial (BM) que concluyó anoche en Washington amplía el disenso entre las economías avanzadas y las emergentes, que han vuelto a chocar en sus apreciaciones sobre las maneras de salir de la crisis económica. Uno de los puntos más polémicos de la reunión fue la aplicación de controles de capital por parte de países como Brasil y Argentina para encarar la avalancha de flujos de inversión.  Por primera vez en sus siete décadas de historia, el FMI reconoció que estos controles de capital pueden ser "útiles" en determinados contextos. 

Brasil y Argentina encabezaron el rechazo de las economías emergentes a las "recetas universales" del Fondo Monetario Internacional (FMI) al defender políticas "autónomas" ante los desafíos planteados por la llegada de grandes flujos especulativos a sus países. 

El propio director gerente, Dominique Strauss-Kahn, escenificó este cambio de discurso al afirmar durante la apertura de la reunión que estos controles de capital ya no son considerados herramientas "perversas". 

Sin embargo, Brasil y Argentina, que el FMI incluyó en su informe "Perspectivas Económicas Globales" en su lista de economías amenazadas por el "sobrecalentamiento", salieron rápidamente al paso de las recomendaciones del organismo internacional exigiendo "autonomía". 

El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, calificó como "legítimas" las medidas de "defensa propia" adoptadas por los países receptores de flujos, entre las que incluyó los controles de capital. Citó a Brasil y Colombia como ejemplos de países que "ya están soportando más de lo que les corresponde en el llamado proceso de reequilibrio global". 

Culpó a "las políticas monetarias ultra expansivas" de las economías avanzadas de ser "el principal disparador de los males económicos de hoy". 

Dijo, además, que Brasil "continuará haciendo lo que considere que es necesario y adecuado a sus circunstancias para enfrentar los desafíos que surgen de grandes y volátiles flujos de capital".

Por su parte, el ministro argentino de Economía, Amado Boudou, replicó las recomendaciones del director del FMI para el Hemisferio Occidental, Nicolás Eyzaguirre, de que Argentina debería "aminorar" su ritmo de crecimiento para hacerlo "sostenible". Recordó que el Fondo fue "responsable" de algunas de "la políticas más tristes para Argentina". 

El G-24, grupo de países emergentes comandado por Brasil, México, la India y Suráfrica, también rechazó la tutela del FMI. 

En un comunicado afirmó que los países que "enfrentan flujos de capital abundantes y volátiles deben tener flexibilidad y discreción para adoptar las políticas que consideren adecuadas". 

De acuerdo con los datos del informe del FMI, las economías emergentes crecerán a un ritmo de 6,5% en 2011 y 2012, mientras que las economías avanzadas lo harán a 2,4% y 2,6%, respectivamente.

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