mayo 04, 2011

En peligro de extinción Cámaras de Comercio de España


El Gobierno de España acabó con la dura y añeja pugna entre la CEOE y las Cámaras de Comercio, que se remonta incluso a los primeros tiempos de José María Cuevas como presidente de la patronal. Como suele ocurrir en todo conflicto, había algo más que una batalla por la representatividad del sector empresarial porque las Cámaras de Comercio manejaban un amplio presupuesto, gracias en buena parte a las cuotas obligatorias que los empresarios tenían que satisfacer. CEOE se quejaba de este sobrecoste para el mundo empresarial, pero al tiempo reivindicaba asumir y recibir las subvenciones por aquellos servicios que, especialmente en el exterior, facilitaban las cámaras.

Por la vía de “se acabaron las cuotas obligatorias y se mantienen de forma voluntaria”, el Gobierno parece haber acabado con la pugna, pero también probablemente con las Cámaras de Comercio. La cuestión ahora es si la desaparición de las Cámaras se ha producido justo en el mejor momento, cuando las empresas españolas tienen como principal reto buscar en el exterior los mercados que no encuentran en España.  La demanda en nuestro país no da siquiera para mantener una facturación sin penalizar al empleo y la única salida que le queda a la empresa para mantener su estructura es buscar mercados más allá de nuestras fronteras. 

Con mayor o menor acierto, las Cámaras de Comercio, a través de su promoción exterior y sus herramientas de apoyo a la exportación exterior, eran un buen compañero para muchas empresas en sus aventuras internacionales, especialmente para aquellas que no tenían experiencia en esas lides. Ahora más que nunca se necesita animar a las empresas españolas a competir y buscar negocio fuera de España. Anquilosadas por la situación de una economía como la española, con un fuerte crecimiento que absorbía toda la demanda, las empresas españolas precisan poner su vista más allá y su negocio más allá del mercado doméstico. 

Y ahora es más necesaria que nunca la ayuda de instituciones y organismos que facilitan ese no siempre fácil tránsito que supone la exportación. Pero, justo ahora las Cámaras van a empezar a languidecer y, con el tiempo, anunciarán su fin.

Rafael Rubio

No hay comentarios:

Publicar un comentario