junio 11, 2011

La Primavera Arabe descontrola a OPEP


 Arabia Saudí perdió las riendas e Irán abortó un aumento de la producción, desbocó los precios del crudo y llenó de incertidumbres la recuperación económica global y el futuro del cártel.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) presume de ser un club a prueba de bombas, capaz de funcionar, alcanzar acuerdos y adoptar decisiones en situaciones tan extremas como la guerra que en la década de los 80 enfrentó a dos de sus pesos pesados: Irán e Irak. Pero el cártel que reúne a losdoce países que controlan el 40 por ciento de la producción mundial de oro negro se enfrenta a unnuevo y colosal desafío: la primavera árabe, cuya oleada de revoluciones y contra revoluciones en Oriente Medio y el Norte de África sembró la cizaña en la reunión que el pasado miércoles mantuvieron en Viena sus ministros.
Las relaciones entre Arabia Saudí e Irán están emponzoñadas desde que los saudíes intervinieran contra la revolución en Bahréin. Igual que están envenenadas las del régimen libio del coronel Gadafi con un Qatar que apoya a los rebeldes. La reunión fue tensa. Y su desenlace enturbia el futuro de la OPEP, provoca que los precios del crudo se desboquen con la fogosidad de un pura sangre árabe y amenaza la incierta recuperación de la economía planetaria.
La negociación empezó como siempre, y terminó como nunca. Arabia Saudí lanzó en los días previos el globo sonda de que propondría a sus socios aumentar las cuotas de producción (algo que ayer acabó haciendo). Los analistas y los mercados se relajaron, con la esperanza de que se contuviera la reciente escalada de precios del petróleo. La costumbre dice que al veterano ministro saudí Alí Naimi se le escucha en estas reuniones como palabra de Dios o, mejor dicho, palabra de Alá. Es el líder de facto de la organización. En su buen criterio y en el pro americanismo de su régimen confiaba Occidente.

La conspiración de los 'halcones'

Esta vez no le sirvió ni representar al primer productor de la OPEP, ni el respaldo deKuwait, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. Irán y Venezuela, los halcones del club, orquestaron una revuelta apoyada por Irak, Argelia, Libia, Angola y Ecuador. La reunión terminó sin acuerdo para aumentar la producción. Y pese a una tentativa para convocar una nueva cita dentro de tres meses y volver a evaluar la coyuntura, oficialmente se descartó toda reunión ministerial hasta diciembre. Naimi abandonó la reunión el miércoles confesando que fue "una de las peores".
El West Texas Intermediate o WTI -petróleo de referencia en Estados Unidos- y el Brent -su equivalente en Europa- marcaron sendos máximos intradía de inmediato: 101 y 118,58 dólares por barril respectivamente. En la víspera, martes, el primero apenas había superado los 98 dólares y el segundo había bajado hasta quedar por encima de los 115. Al día siguiente, jueves, el barril de Brent se encaramó por encima de los 119 dólares, y el de WTI superó los 102 dólares.
Ni uno ni otro mantuvieron ayer las alzas (cedieron un 1,23 y 2,79 por ciento, respectivamente) pero son negros augurios para la economía mundial, cuya demanda de petróleo aumenta tradicionalmente en verano. Resurge el fantasma de una espiral de precios que, como en verano de 2008, vuelva a coquetear con los 150 dólares por barril. Sería el tiro de gracia a la vacilante recuperación de economías como la estadounidense. Y recalentaría la inflación en el mundo emergente: el motor hasta ahora más efectivo para ir dejando atrás la recesión.
La situación tampoco es alentadora para la OPEP. Si la economía se desinfla, la demanda de petróleo y sus precios se desplomen como en la segunda mitad de 2008, cuando pasaron de coquetear con los 150 dólares por barril a rozar los 30.

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