El desgaste de la economía española ha obligado a Rodríguez Zapatero a adelantar las elecciones. El 20 de noviembre, una fecha que cuanto menos es curiosa, ha sido la elegida por el todavía presidente del Gobierno para llevar a los españoles a las urnas.
La presión sobre la deuda española, con la prima de riesgo persistentemente por encima de los 300 puntos desde comienzos de julio, ha tirado por tierra la idea inicial de alargar aun más la agonía agotando la legislatura. Ahora llega el momento de hacer balance. Evaluar los 7 años y 4 meses que lleva Zapatero al frente del Ejecutivo implica hacer un recorrido por una etapa marcada por las graves consecuencias que ha generado una crisis económicaque, en un principio, se negó y que aún mantiene a España al borde del colapso.
Contra todo pronóstico el PSOE ganó las elecciones en marzo de 2004 y su líder se encontró con una economía en pleno auge. España atravesaba por un periodo expansivo con las principales magnitudes económicas (producción, empleo y inversión) a su favor. Pero el modelo de crecimiento económico se agotó y la crisis económica hizo que España volviese sobre sus pasos. Estos son los resultados económicos de siete años de zapaterismo, resumidos en ocho apartados.
- Más paro: La destrucción de empleo ha sido el principal problema de Zapatero en los últimos años. Este viernes la Encuesta de Población Activa (EPA) situaba en junio la tasa de paro en el 20,89%. Esto significa que España tiene 4.833.000 parados, un dato escandaloso si se tiene en cuenta que cuando Zapatero entró en el Gobierno apenas se superaban los dos millones.
- Menos crecimiento: Entre 2001 y 2004, España crecía alrededor del 3% y ahora casi no es capaz de llegar al 0%. En 2007 comenzó una recesión a la que Zapatero no supo enfrentarse (no reconoció la crisis hasta el verano del 2008). En el año 2009, la economía española perdió un 3,7%, la mayor caída en dos décadas. En los últimos dos años ha conseguido recuperar algo, pero todavía no ha logrado salir del pozo, algo que sí han conseguido sus socios de la UE.
- Más déficit: Uno de los objetivos más ambiciosos del Gobierno es reducir el déficit público por debajo del 6% en 2011, después de haber cerrado los dos últimos ejercicios con unos números rojos del 11% y el 9%. Cuando el político castellano-leonés llegó a la Moncloa, el déficit para el conjunto de sus Administraciones Públicas era tan solo del 0,28% del PIB, una cifra imposible de imaginar a día de hoy.
- La deuda, disparada: La afición de Zapatero por financiar al Estado mediante deuda es otra causa de la debilidad económica nacional. Mientras en el primer trimestre de 2004 España registraba un crecimiento de la deuda del 1,7% del PIB, el cuarto trimestre de 2010 se saldó con un 13,8%. De este modo, España debía a finales de 2010 casi 640.000 millones de euros, el 60% del PIB. Y todo indica que a lo largo de 2012 se llegará al 80%, incluso si se cumplen las optimistas previsiones del Gobierno.
- Prima de riesgo: Hace dos semanas el rescate financiero de España estuvo más cerca que nunca en los mercados cuando la prima de riesgo española rozaba los 400 puntos básicos. Este escenario contrasta con el de 2004, cuando el diferencial entre el bono español y el alemán era de 0 (inexistente), y el coste de financiación era dos puntos menor incluso, aunque los tipos de interés eran algo más altos.
- Número de empresas concursadas: A través del concurso de acreedores las empresas ponen fin a su actividad. Al carecer de liquidez muchos empresarios se han declarado en una situación muy poco común hace siete años, la insolvencia. España ha descendido en todos los índices de libertad económica, entre otros motivos por el poco cariño que el Gobierno ha demostrado hacia los empresarios. En el primer trimestre de 2004 tan solo 72 se declararon en concurso, mientras que el mismo periodo de este año lo han hecho 1.552, un panorama empresarial bien diferente. También la creación de empresas se ha resentido: mientras que entre enero y marzo de 2004 se constituyeron casi 40.000 sociedades mercantiles, en el mismo período de 2011 apenas se llegó a las 24.000.
- Confianza del consumidor: Los propios consumidores han juzgado el trabajo del Gobierno en los últimos años. El índice de confianza que elabora el ICO es la mejor prueba de la falta de perspectivas de la economía espñaola. La percepción que los hogares tienen acerca del estado de su situación financiera personal y de España en general ha caído en más de 30 puntos desde 2004 y las expectativas sobre el futuro también están peor que hace siete años.
- Número de funcionarios: A pesar de la crisis, el número de funcionarios del Estado no ha parado de incrementarse, obviando así un principio básico en toda política de austeridad: reducir gastos. Si en 2004 la plantilla de la Administración Pública registraba a 2.868.000 de trabajadores en 2010 y en 2011 los empleados públicos llegan a los 3.218.000. Aunque en este incremento las CCAA tienen una buena parte de la responsabilidad, la política de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido de constante incremento del gasto público y de la intervención de las administraciones públicas en la economía del país.
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