Hasta ahora el superordenador más potente era uno del Laboratorio Nacional Oak Ridge, en el Estado de Tennessee, con una velocidad máxima de computación del 70% de la del nuevo. El superordenador fue presentado ayer en un congreso en Pekín, pero físicamente está en el Centro Nacional de Supercomputación de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa , en la ciudad de Tianjin (150 kilómetros al este de la capital). Esta universidad depende tanto del Ministerio de Defensa chino como del de Educación.
Según los expertos que han desarrollado la máquina, ésta tiene una velocidad teórica de 4,7 petaflops por segundo, lo que triplicaría las marcas actuales, aunque por ahora la velocidad máxima alcanzada en laboratorio ha sido de 2,5. Los superordenadores se construyen interconectando muchos ordenadores más pequeños, y la base tecnológica es siempre la misma, aunque el secreto de la velocidad está en las interconexiones entre ellos, que se desarrollan para cada superordenador.
Las universidades de Mannheim (Alemania), Tennessee y Berkeley (EEUU) elaboran cada seis meses desde 1993 una lista de las 500 supercomputadoras más rápidas del mundo (la llamada TOP500 ). Jack Dongarra, coordinador en la Universidad de Tennessee de la clasificación, que se va a hace pública el 1 de noviembre, ha reconocido que el nuevo superordenador chino "sobrepasa en mucho a la máquina número 1 actual", en declaraciones a The New York Times. "La tecnología de interconexión la han hecho ellos", comenta Dongarra. "Se están tomando muy en serio la supercomputación".
Está en marcha también un proyecto chino de larga duración para desarrollar los chips, que todavía no ha culminado en productos comerciales. En computación, como en otras áreas tecnológicas y científicas, China ha invertido miles de millones de euros en el último decenio.
El Tianhe-1 ya ha empezado a ser utilizado por potenciales clientes de esta tecnología, como la Oficina Meteorológica de Tianjin -el principal puerto del norte de China- y el centro de datos de CNOOC, la principal empresa extractora de petróleo submarino del país.
Los superordenadores se utilizan para numerosas aplicaciones, científicas y militares entre ellas, que exigen gran capacidad de cálculo, pero estar de los primeros en la lista no implica que sean las mejores máquinas para aplicaciones especializadas. Las máquinas se refinan y perfeccionan para batir marcas y luego a menudo no funcionan con el mismo rendimiento en el trabajo diario.
Estados Unidos lideró siempre la clasificación hasta que perdió la primera posición en 2002 frente a un superordenador japonés. Tras proponérselo, dedicando fondos a ello, recuperó el liderazgo en 2004 y la ha mantenido hasta ahora.
El País.com
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