Economista
Por diversas razones, los agentes económicos que necesitan emplear dos o más monedas, se enfrentan a lo que se conoce como el riesgo de cambio o riesgo cambiario. Por ejemplo, en el comercio internacional se da, que debe esperarse un cierto lapso hasta la entrega y pago de los bienes transados. En ese plazo pueden presentarse variaciones en los tipos de cambio, que pueden generar ganancias o pérdidas inesperadas, según esas variaciones resulten favorables o desfavorables a uno u otro agente.
En otros casos hay empresarios que requieren planear sus negocios a ciertos plazos; para ellos las fluctuaciones de las tasas de cambio representan una seria dificultad que bien podrían arruinar sus cálculos a futuro, por causas ajenas a su actividad. Esa posibilidad de tener pérdidas por causa de fluctuaciones desfavorables en las tasas de cambio, es lo que, generalmente, se conoce como riesgo cambiario. Ante esta situación existe, entonces, la necesidad de cubrirse de este riesgo, y con ese objetivo se han creado diversos mecanismos, como los futuros sobre divisas, para lograr eliminar, o por lo menos minimizar esas posibilidades de obtener pérdidas, como consecuencia de las variaciones de los tipos de cambio.
El riesgo de cambio surgió en la década de los 70's, cuando se abandonó definitivamente la paridad oro de las monedas y se permitió que éstas flotaran. De ese modo sus precios con respecto a las otras monedas tenían la posibilidad de fluctuar, según fueran las condiciones de mercado. No mucho tiempo después se crearon instrumentos, tales como los futuros y las opciones para permitir el manejo del riesgo cambiario. Así, en los grandes centros cambiarios del mundo las monedas empezaron a transarse a plazo.
Con esto se tiene que el mercado cambiario se dividió en un mercado a contado o spot y un mercado a plazo, también llamado futuro o forward. De ese modo, si se compran divisas en el mercado a contado, éstas se reciben en un lapso de, a lo sumo dos días, pero en el mercado a plazo, las divisas pueden transarse incluso a varios meses.
Así, si una persona sabe que dentro de cierto lapso tendrá que pagar o recibir una determinada cantidad de divisas, podrá "asegurarse" recurriendo al mercado a plazo, el cual le permite disminuir o eliminar el riesgo cambiario en el que podría incurrir durante ese período de espera.
Este tipo de situaciones son las que han provocado la necesidad de recurrir a mecanismos de protección y es esto lo que ha generado el gran desarrollo actual de los mercados de futuros alrededor del mundo.
Mercados de divisas a futuro
Como se ha mencionado, las transacciones en el mercado cambiario pueden darse en dos grandes clases: a contado (spot) y a futuros (forward). En la práctica las transacciones a contado, es decir de entrega inmediata, generalmente requieren un par de días para efectuarse. En este tipo de transacciones se emplea la tasa de cambio a contado, o como también se la llama, tasa spot o a la vista. Por otro lado, las transacciones a futuros son simplemente acuerdos para intercambios futuros de monedas, y en estas transacciones se usa la tasa de cambio a futuros.
De este modo, se tiene que la principal función del mercado a futuros es la de permitirle a los distintos agentes cubrirse contra los riesgos de cambio. Esta cobertura contra los riesgos de cambio, permite básicamente el poder eliminar de las transacciones internacionales, la incertidumbre del elemento de cambio extranjero.
Básicamente, quienes participan en los mercados a futuro lo hacen por dos motivos:
Buscan cubrirse de movimientos adversos en los precios de los bienes que transan, sobre todo cuando esos precios son muy volátiles, o
Especulan con el objeto de obtener alguna ganancia.
Incluso, puede decirse que en estos mercados la mayoría de las veces no se concluye con la entrega física del activo subyacente, sino que más bien, los inversionistas cierran sus posiciones antes del vencimiento del contrato, ejecutando una operación contraria. De ese modo, obtienen su ganancia o pérdida por la diferencia entre el precio a futuro en el momento inicial, con respecto al precio a futuro en el momento de cierre.
Futuros
Definición
Un contrato de futuros es un convenio entre dos partes, de comprar o vender una cantidad determinada de un activo (activo subyacente), en una fecha futura, a un precio establecido previamente. Una característica importante es que las partes adquieren el compromiso de efectuar la transacción estipulada en el contrato. Para garantizar el cumplimiento del contrato interviene un tercer agente, denominado cámara de compensación.
Así, por ejemplo, si un importador debe pagar US$100.000 dentro de tres meses, se enfrenta a la incertidumbre de no saber cuál será el tipo de cambio en ese momento, pues si se diera que éste aumenta mucho, le podría provocar fuertes pérdidas. Pero si recurre al mercado de futuros, puede adquirir un contrato o varios contratos, según sea el monto de éstos, equivalentes a los US$100.000, asegurándose entonces cuál será el tipo de cambio a pagar, y, por lo tanto la cantidad en colones que deberá cancelar.
Los precios a futuro pueden ser mayores o menores que los precios al contado, ésto depende de una serie de factores, fundamentalmente de los siguientes:
Expectativas sobre los precios futuros, y
Los diferentes tipos de interés en cada país.
Este aspecto se ampliará más adelante, pues existen diversas teorías que tratan de explicar y predecir las variaciones futuras en los precios.
En el caso específico de las divisas, si el precio a plazo es superior al precio al contado, se dice que se cotiza con una prima a plazo, y si, por el contrario, el precio a futuro es menor, se dice que se cotiza con descuento. Generalmente, cuando una moneda es más débil con respecto a otra, se cotiza con descuento con respecto a ésta última, y si se trata de una moneda más fuerte, se espera que se cotice con prima.
La bolsa en la cual se negocian estos contratos, fija todas las condiciones y requisitos que se deben cumplir, tanto para los participantes como para los activos negociados (montos, calidades, cotizaciones, etc.).
En general, la mayoría de los mercados de contratos futuros se caracterizan por lo siguiente:
En ellos se emplea el método de subasta, es un mercado de viva voz y todas las transacciones se realizan en forma abierta. Actualmente se emplea la tecnología informática, que facilita que las transacciones puedan darse a través de ordenadores.
Los contratos son estandarizados, tanto en lo referente a la cantidad del activo subyacente, como en las fechas de vencimiento, calidades, entre otros. Todas las fechas de expiración están determinadas por las bolsas, quienes, además, establecen una serie de condiciones adicionales, tales como límites de variación diaria, márgenes, entregas, entre otros.
Existe una cámara de compensación a través de la cual se llevan a cabo las operaciones.
Rara vez se realiza la entrega física del bien transado, sino que por lo general, los inversionistas cierran sus posicioneses antes del vencimiento.
Es un mercado muy líquido y sus costos de transacción son bajos.
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