MARIANELLA SALAZAR
Se trata de una casualidad, ocurre con frecuencia, cada vez que el Presidente sale del país se perpetran hechos graves contra personalidades, instituciones y propiedades. El "atracoatentado" a la directiva de Fedecámaras, en el que resultó herida de tres disparos en el pecho la ex presidenta de esa institución, Albis Muñoz, tiene un móvil con un tinte marcadamente político.
Estadísticamente el hampa en Venezuela no se dedica a robar vehículos BMW, ni se detiene a dejar a sus víctimas heridas cerca de un hospital para que no mueran. En este caso, el modus operandi utilizado fue el del sicariato. El hecho es que al interceptar el vehículo dispararon con ametralladoras UZZI directamente al asiento del copiloto, es decir, hacia el objetivo, que no era otro que el presidente de la cúpula empresarial, Noel Álvarez. Por casualidad la que se encontraba en su asiento era la ex presidenta, Albis Muñoz. Nadie que tenga dos dedos de frente cree que los autores materiales fueron delincuentes comunes; mucho menos después de escuchar el grito de "guerra a muerte" decretada por el Presidente contra Fedecámaras, empresarios y productores del país. La sede del organismo también ha sido atacada en varias oportunidades, han sometido a sus dirigentes a un linchamiento verbal y han sido expuestos sin conmiseración a través de los medios de comunicación oficialistas al escarnio público. Están en la mira y marcados por el Gobierno para ser presas del hampa común, apéndice del crimen organizado y político. El hecho es que sucedió mientras el Presidente se encontraba en Argentina y en vez de regresar de inmediato al país -como lo hizo el presidente Piñera cuando asistía a la toma de posesión del presidente Santos y supo del accidente de los mineros , Chávez prolongó sus días en ese país consolando a la viuda del difunto ex presidente Kirchner. Fuentes de inteligencia, que manejan la hipótesis del atentado, señalan que el Presidente fue informado por uno de sus edecanes del grave hecho cometido contra la dirigencia empresarial y lo que obtuvo fue un silencio sepulcral.
Nuestra fuente indica que un grupo de contrainteligencia evitó que los directivos de Fedecámaras fueran fusilados esa noche. Esos agentes que tienen "montado" al jefe que planificó la acción criminal, le habrían hecho una llamada anónima, para decirle que tenían los sicarios a la vista, que dejaran a la señora herida cerca del hospital y que liberaran a los directivos, pues de lo contrario los rescatarían. Supuestamente, los sicarios recibieron la orden de suspender su acción criminal y por eso trataron de reanimar a golpes a la víctima y abandonarla en uno de los laterales del hospital Pérez Carreño.
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