Fuimos invitados a escribir prologo para el libro “Modelos de Desarrollo y Relaciones Laborales”, investigación desarrollada por los investigadores Juan Manuel Rodríguez, Beatriz Cozzano y Graciela Mazzuchi, del Instituto de Relaciones Laborales, de la Universidad Católica de Montevideo; y editado por Grupo Magro Editores.
El planteamiento de la investigación descansa en el análisis de estas dos grandes categorías, Relaciones Laborales y Modelos de Desarrollo. En nuestra región, hemos considerado las relaciones de trabajo uruguayas con una caracterización propia, dado el limitado intervencionismo estatal. Es recurrente al hacer el análisis de la vinculación del Estado con los Actores Empresariales y Sindicales, colocar un tanto aislado el caso uruguayo, y ello nos modificaba la sencilla ecuación de señalar que el intervencionismo estatal era un fenómeno dominante en nuestra región, si nos comparábamos con algunos países desarrollados del norte de América y de Europa, pero ahí se tenía que detener la generalización por ese pequeño territorio que refiere al país de menor extensión y población en el sur del continente, pero con una singularidad en este sentido. Los ejemplos de intervencionismo estatal en las relaciones entre empresas y trabajadores, eran profusos y dominantes al dirigir la mirada hacia el resto de los países del cono sur y de los países andinos.
El tema abordado por el libro nos lleva a analizar la relación Estado y Actores Laborales. Temas como la libertad sindical, las negociaciones colectivas, la tercerización, los procesos laborales judiciales y administrativos, son objeto de un minucioso análisis, que evidencian nuevos relacionamientos del Estado con los Actores Laborales. Téngase en cuenta que el libro se ocupa especialmente de analizar los procesos que se inician en el 2005, al asumir por primera vez en la historia del Uruguay un gobierno de izquierda.
Es importante tener presente que los análisis de procesos de reciente desarrollo, que aún están en construcción, que cuya consolidación exige pasar pruebas y situaciones de presión que no han ocurrido del todo, hacen del análisis un poco más de predominio de lo coyuntural que lo estructural. La perspectiva de más largo plazo en cambio, toma en cuenta las transformaciones de procesos que a su vez vienen de largas décadas de funcionamiento, y que llegaron en un momento dado a contribuir realmente al alcance de niveles elevados de convivencia, de bienestar, y que por diversas razones fueron perdiendo eficacia, y que luego dieron espacio a situaciones de malestar, y con ello poniendo en situación de riesgo la convivencia y el consenso que sirven de sustento al funcionamiento de las Relaciones Laborales. Esta reflexión impone la necesidad de continuar el análisis y seguimiento de las transformaciones de las Relaciones Laborales y el Modelo de Desarrollo, son procesos permanentes, y no es fácil determinar que de lo que se implante y modifique sustancialmente en una determinada etapa política va a echar raíces y como lo va a hacer.
El singular funcionamiento de las Relaciones Laborales, ahora con un gobierno de izquierda que completó exitosamente su mandato, y el inicio de un segundo, muestra ya elementos naturales de lo que se espera de una orientación política e ideológica como ésta al frente del ejecutivo, aunque por supuesto en convivencia con fuerzas de derecha y del centro político en los diversos centros de poder público, como son los otros poderes.
En ese contexto, el país muestra un crecimiento de los indicadores de Relaciones Laborales, como son la tasa de sindicalización (subió del 11 al 27%), el respeto a la libertad sindical y a la autonomía de los actores laborales, la mayor cobertura de la negociación colectiva, por encima del 90%, la cual funciona fluidamente, alcanzando sus efectos incluso a los tradicionalmente postergados trabajadores rurales y al trabajo doméstico. Todo esto se traduce en un mejoramiento real de la calidad de vida de los trabajadores y del crecimiento económico, que en general provee bienestar a toda la sociedad. Por supuesto no dejan de observarse algunos elementos críticos. Por ejemplo el triunfo de la izquierda ha succionado un importante número de experimentados dirigentes sindicales, que han pasado a ocupar posiciones en el Ejecutivo, además con el alto crecimiento de la sindicalización, ahora hay un importante núcleo de jóvenes y nuevas caras asumiendo y aprendiendo, en las posiciones reales de conducción en los sindicatos, lo que no deja de producir algunas tensiones. Para los estudiosos y los propios actores de las Relaciones de Trabajo de otros países, la experiencia uruguaya recogida en esta obra, es de notable interés incorporarla al análisis comparativo.
hector.lucena@gmail.com
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