noviembre 07, 2010

Ultimas entrevistas, en video y en prensa a Domingo Maza Zavala.



Texto: Wilmer Ferrer.


Caracas.- Domingo Maza Zavala permanece retirado y navegando en su biblioteca de más de 12.000 volúmenes, lo que no significa que ahora está contemplativo e inerte ante el acontecer nacional e internacional. Buena parte de su tiempo lo invierte en escribir sus ideas y apreciaciones económicas en libros que de seguro serán de consulta obligada en las universidades.

Sobre la recesión internacional se expresa en estos términos: “No podríamos afirmar que la crisis ha pasado, sino que podría estar en vías de superación siempre y cuando las políticas económicas de los gobiernos del mundo sean acertadas”. Pero ello debe estar acompañado de una reforma financiera que incluya al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y a otras instituciones de gran alcance.

“Lo que ha pasado es la especulación financiera porque ha habido una emisión incontrolada de papeles con divorcio de lo que ha pasado en la economía productiva, pues se han disparado los precios, incluyendo al petróleo que alcanzó 140 dólares el barril a mediados de 2008, que era de carácter especulativo. Ahora están acomodándose y esperamos que lleguen a unos 80 dólares el barril, que es un nivel de equilibrio”, dijo.


—En su último libro, usted plantea que la última década ha sido crítica para Venezuela una pérdida de oportunidades de la bonanza petrolera para saltar hacia el desarrollo. ¿Sobre qué principios basa esa afirmación?

—En estos 10 años a los que me refiero en el libro, han entrado al país cerca de 400 millardos de dólares por concepto de petróleo, y a estas alturas la economía está rezagada con respecto a 1998.

—¿Y cuánto por tributos internos?

—Un equivalente a 350 millardos de dólares, o sea 750.000 millones de dólares en total.

—¿Qué hubiera hecho un país europeo o uno árabe con esos recursos?

—Noruega ha acumulado una fortuna al no consumir los ingresos del petróleo; los tiene como un fondo de previsión y de desarrollo y los aprovecha en obras de gran trascendencia, aunque no podemos compararnos con ellos porque cuando les llegó el petróleo eran un país desarrollado, y Venezuela un país atrasado y pobre. Algunos países árabes han avanzado, como Arabia Saudita, que se ha transformado con obras importantes, y ha mejorado su salud y educación.

—Pero Venezuela tiene el Fonden. ¿Qué evaluación hace hoy cuando ese fondo ha manejado 57 millardos de dólares en unos 600 proyectos?

—El BCV le ha transferido 30 millardos de dólares, y con los excedentes de las divisas de Pdvsa y los recursos de la contribución especial por el alza de los precios del petróleo se llega a 57 millardos. El ministro de Economía y Finanzas da cuenta de 22 millardos, pero desconocemos el resto pues el Fonden financia proyectos de inversión, de desarrollo social y amortización de deuda externa. El Gobierno no ha informado suficientemente sobre esos proyectos ni sobre el destino de la gran parte de los recursos del Fonden. Ojalá y hayan sido utilizados para lo que ese instituto originalmente señaló.

—¿Ha valido la pena el Fonden?

—Es una controversia en los medios económicos y oficiales, porque se plantea qué es lo mejor para el país: ¿mantener recursos en divisas en las reservas internacionales o aplicar parte de esos recursos a los proyectos de desarrollo nacional? Si el BCV no hubiese transferido esos recursos al Fonden las reservas pasarían de 60 millardos, y transferir ese dinero ha debido permitir al Gobierno financiar programas de desarrollo importante, pero no tiene una información completa y precisa de los recursos. Creo que debe haber un saldo actual entre ocho y 10 millardos.

—¿Cuál ha sido el acierto económico más importante del Gobierno?

—Si no hubiera existido un clima conflictivo entre el sector público y el privado, la situación de la economía habría sido mejor a la actual, pero ese clima ha creado incertidumbre, desconcierto, expectativas contradictorias y ha tenido por efecto una contracción de la actividad manufacturera, comercial y del transporte, aunque la actividad agrícola aumentó en un 3%.

—¿Convendría a estas alturas una flexibilización del control de cambio?

—Hay necesidad de una reorganización del sistema cambiario porque el régimen actual dejó de ser eficiente y eficaz para cumplir sus objetivos. Algunos dicen que hay necesidad de una devaluación. No lo comparto porque sin medidas complementarias tendría un efecto inflacionario fuerte.

—¿Convienen dos o tres tipos de cambio?

—Existe esa posibilidad. He recomendado un mercado dual: el controlado a 2,15 y uno libre supervisado fluctuante por oferta y demanda. Si es por la Bolsa de Caracas el BCV podría comprar y vender divisas para mantener estable la cotización y favorecería a actividades no prioritarias.

—¿Cuál es el precio real del dólar?

—Resulta de la relación entre la liquidez monetaria y las reservas internacionales, y eso señala que debe estar en seis bolívares por dólar porque la liquidez ha aumentado y las reservas permanecen estables. El 2,15 indica un bolívar sobrevaluado que favorece las importaciones y desfavorece la producción nacional.

—¿Qué hacer con los otros controles?

—Con el control de precios sostengo la tesis de que en lugar de fijarlos por vía administrativa de bienes y servicios debería haber consenso por convocatoria de los sectores involucrados en las ramas de producción para formular precios razonables de común acuerdo para ser acatados.

—¿Qué cálculos inflacionarios y de crecimiento pueden hacerse para 2010?

—Es difícil pronosticarla, pero el IPC no bajaría de 20%, y el crecimiento podría estar ligeramente por debajo de cero, aunque el Gobierno lo proyecta entre 1% y 2%

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