Emprender desde la universidad requiere instaurar valores sociales que fortalezcan a nuestros ciudadanos como personas de cambio y progreso
Los niveles de bienestar colectivo están fuertemente influenciados por la disposición y las acciones de emprendimiento existentes en las sociedades. De hecho, cada sociedad posee valores, principios, normas, creencias aprendidas y socializadas para promover la búsqueda, identificación, aprovechamiento y potenciación de oportunidades que le permitan evolucionar constantemente. Esa especie de cultura de emprendimiento exige la participación institucional de las organizaciones referentes y partícipes de los procesos de desarrollo social. Esto compromete de forma pública a la universidad como organización éticamente responsable para la creación de conocimiento, la invención e innovación, la enseñanza, formación y transmisión de conocimientos y toda la construcción de acciones para fortalecer dicha cultura.
Las universidades emprenden cuando, por un lado, crean espacios académicos y administrativos para el incentivo del potencial creativo y el surgimiento del denominado, por algunos teóricos, espíritu emprendedor y, por otra parte, establecen mecanismos para incrementar flujo de transferencia de sus productos de valor a la sociedad, sin menoscabar sus funciones básicas.
La trascendencia de las acciones de emprendimiento universitario se afecta por el entramado relacional existente entre las instituciones del país. En primer lugar, las condiciones del entorno nacional, que incluyen el rol del Gobierno, el sector privado, el sistema de educación, el nivel de investigación y desarrollo, la calidad y fortaleza de la infraestructura física, los comportamientos de los mercados y la eficiencia de las instituciones y, en segundo lugar, las condiciones para el acceso a recursos destinados a la inversión científica-tecnológica, las políticas y programas diseñados a nuestras condiciones internas, el desarrollo de instrumentos de relación entre universidades, gobiernos y sectores privados y el nivel de permeabilidad social.
Emprender desde la universidad requiere pensar y actuar de forma interdependiente, renovar las formas de generar soluciones con recursos limitados, abrir espacios para la creatividad y la innovación y, en definitiva, instaurar valores sociales que fortalezcan a nuestros ciudadanos como personas de cambio y progreso.
Marlene Primera
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