febrero 10, 2011

No para, se dispara



 
Contrariando la oferta del Gobierno de Hugo Chávez de controlar el alto costo de la vida, la inflación en Venezuela, no sólo no se para sino que se dispara.
En 2010 los indicadores económicos de América Latina reflejan a una Venezuela punteando como el país con mayor inflación de la región, después de la derruida Haití. Exhibió Venezuela un vergonzoso registro de dos dígitos (27,4%), frente un promedio de 5% para toda Suramérica.
Para ñapa, según informó el Banco Central, el Índice de Precios del Consumidor del Área Metropolitana de Caracas (IPC-AMC) dio un salto descomunal al 3,6% en enero, más del doble del 1,7% de diciembre y sustancialmente mayor del 2,4% de enero de 2010.
Este salto cuántico del IPC-AMC de enero se debe a factores de corto y largo plazo.
Entre los de corto plazo se cuentan el alza de los costos de las hortalizas debido a las lluvias de noviembre y diciembre. De allí que el subgrupo de Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentara 4,6% en enero.
Otro factor de corto plazo es la devaluación que hiciera el Gobierno en enero, cuando unificó las tasas cambiarias a Bs.F.4,30:$, con lo cual el costo de los insumos importados para los productos básicos aumentó 65%. En enero, el impacto fue relativamente modesto ya que (a) el Gobierno no ha autorizado aumento alguno de los precios regulados y (b) gran parte de la industria y comercio nacional siguió vendiendo al "precio viejo" en un esfuerzo para bajar los inventarios después de las ventas flojas de diciembre.
Así, los efectos de la unificación cambiaria se harán sentir a medida que los productores y comerciantes ajusten sus precios para reflejar los aumentos de costo que trae la nueva tasa cambiaria.
Aunque suene a disco rayado, vale la pena reiterar que las altas tasas de inflación sufridas por los venezolanos se deben fundamentalmente a los doce años de una atosigante política económica que reúne en un solo saco: (a) Controles de precios que han llevado a la quiebra a numerosas pequeñas y medianas empresas. (b) una moneda sobrevaluada con lo cual promueve importaciones a expensas de la producción nacional. (c) Las confiscaciones y expropiaciones. (d) Una política monetaria que destruyó el mercado de capitales. (e) Un afán confiscatorio de todo tipo de propiedad privada.En general, toda una política oficial que desestimula, y penaliza, la inversión privada.
En definitiva, las cifras de inflación de enero son un mal presagio, y hasta tanto el gobierno no comprenda que debe estimular la producción no acabará con la inflación.
 

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