El terremoto se da en un momento en que el país asiático iniciaba una etapa de moderada recuperación, la cual ha ido acompañada por problemas en controlar su enorme deuda pública,por lo cual la agencia Moody´s Investors Service ha rebajado la calificación de la deuda japonesa.
Los fenómenos meteorológicos siempre tienen un impacto en la economía de un país. Se estima que los desastres naturales tienen un impacto de entre 1 y 3 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) en el país afectado, dice Luis Guillermo Colín, Profesor Investigador del Departamento de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
En el caso de este país asiático, el terremoto vino acompañado de un tsunami y, para medir el impacto que ello pudiera tener sobre su economía, cabría recordar que el huracán Katrina impactó con 1.8% el PIB de Estados Unidos, indicó. Japón,la tercera economía del mundo después de Estados Unidos y China, podría moderar temporalmente su crecimiento a causa del sismo de 8.9 grados que sufrió este viernes.
De acuerdo con el Gobierno japonés, su economía creció a una tasa de 3.9% en 2010, mientras que el valor del PIB nipón ascendió, en términos nominales, a 5.47 billones de dólares, y fue a la tercera economía mundial, rebasado por el crecimiento industrial de China, que le ha arrebatado el segundo puesto.
México mantiene un relativo comercio internacional con Japón. En 2010, la economía japonesa fue "nuestro tercer proveedor en materia de importaciones; somos el tercer países que más le compramos y exportamos aproximadamente 1,800 millones de dólares, es nuestro octavo cliente del mundo", resalta Fernando Ruiz, Director Técnico del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (Comce).
En materia comercial, México está muy concentrado en el mercado estadounidense; sin embargo, Japón es un importante comprador de productos mexicanos, aunque mantiene un déficit comercial por alrededor de 12,000 millones de dólares.
Los productos que más vende México a Japón son: diversos tipos de carne y comestibles, industria automotriz, maquinaria, aparatos electrónicos y petróleo, entre otros. Los productos que más se importan son automóviles, maquinaria, aparatos eléctricos, fundición de acero y fierro, manufacturas y algunos plásticos manufacturados.
"Es difícil saber exactamente el impacto que tendrán estos fenómenos en el comercio internacional de Japón, porque aún se desconoce la magnitud de los daños y si en las zonas afectadas estaban asentadas industrias importantes como la automotriz y tecnológica", agrega el investigador del Tec.
Sin embargo, "es probable que la economía se detenga un poco, lo que traerá una afectación en cadena; aunque quizás no sea fuerte, paraMéxico puede implicar una disminución importante de los insumos que requieren industrias como la automotrizpara poder cumplir con los pedidos para el ensamble de los autos en lo que resta del año".
Los fabricantes como Nissan, seguramente van a tener que echar mano de algunas estrategias para poder desarrollar su tecnología y traerla de otros países. Las autopartes de alto valor agregado -chasis automotores, alguna tecnología de suspensión-, cosas que en México no se fabrican, podrían verse afectadas; sin embargo, no habrá afectación en términos económicos o de finanzas del Gobierno, porque los productos japoneses entraban con arancel cero, menciona el investigador.
"Hay buena relación con Japón enfocada principalmente en el área económica y de inversión. El 3% de nuestras exportaciones van hacia Japón. Lo más importante son los montos de inversión extranjera directaque vienen de Japón hacia México, que en términos anuales es de 1,300 millones de dólares, aproximadamente; prácticamente 8% de la Inversión extranjera total que entra a México".
Seguramente también habrá alguna afectación en los fondos que anualmente otorga la Agencia de Cooperación Japonesa a México, que canaliza recursos para medio ambiente, justicia, desarrollo, para pequeñas y medianas empresas, ya que ante el desastre destinará todos los recursos a su reconstrucción.
Siendo Japón un país desarrollado, enfrentará de manera indudable dos fases post-terremoto, asegura Alfredo Coutiño, director para América Latina de Mooyd´s Analytics.
En primer lugar,la economíapresentará un efecto negativo en el corto plazo,dada la destrucción de capital físico e infraestructura en la economía, adicionalmente a la paralización e interrupción de actividades productivas, lo cual generará una caída en el crecimiento económico. En segundo lugar, y dependiendo de qué tan rápido reaccione el gobierno, el auge podría presentarse en cuestión de 2 a 3 meses.
Al final, como en casi todos los casos de desastre natural, la economía nipona resultará irónicamente beneficiada por la gran movilización de recursos que desatará la catástrofe natural.Chile es un gran ejemplo al respecto. Dado que la potencial caída del crecimiento nipón será de muy corto plazo, sus efectos sobre la recuperación mundial serán marginales o prácticamente nulos. Sin embargo, la expansión post-terremoto podría dar un impulso a la vacilante recuperación de la economía mundial.
Se espera que a muy corto plazo la producción y manufactura se paralice en Japón y que más tarde se genere demanda de productos para la reconstrucción. Los analistas de Japón están tomando como referencia escenarios similares del terremoto que tuvieron en 1995, agrega Ixe Grupo Financiero.
Analistas internacionales destacan impactos iniciales también enlas exportaciones provenientes de aquel país,y se estima que habrá un impacto negativo para el sector asegurador.
El impacto de este desastre en la balanza comercial será bajo, considera por su parte Sergio Garcilazo, coordinador de Investigación de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana (UP).
"Es muy probable que pueda haber alguna afectación en sectores como el automotriz, pero en este momento no es posible preverlo hasta no conocer el grado de afectación", pero indica que el impacto será marginal.
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