La situación de Libia se ha tornado especialmente violenta en las últimas semanas, lo que ha generado una mayor incertidumbre en los mercados. A principios de febrero el barril del Brent se cotizaba en Londres en 96,83 dólares, y a partir de allí comenzó una carrera ascendente que lo llevó a cerrar en 117,38 dólares el 07 de marzo. Sin embargo, esa no fue su más alta cotización y en medio de la jornada llegó a transarse en 118,82 dólares el barril.
Los avances de la oposición libia y la posterior arremetida del Gobierno de Muamar Gadafi, ha mantenido el valor del crudo sobre los 110 dólares el barril.
La situación de guerra ha obligado a muchas empresas petroleras a paralizar sus actividades, con los consecuentes efectos sobre la oferta.
En Bahrein y Yemen las manifestaciones también cobran fuerza y han sido reprimidas de forma violenta sumando más víctimas al conflicto.
Todos estos elementos han hecho que los precios del petróleo repuntaran hasta 27% en el último mes.
El valor del WTI también ha vivido los efectos de la volatilidad, y se ha cotizado en los últimos días sobre los 100 dólares el barril.
Ayer particularmente la confianza volvió tímidamente a los mercados. El anuncio del presidente de Libia de declarar un alto al fuego, en respuesta a la decisión de la ONU de autorizar una zona de exclusión aérea, hizo que la cotización del crudo bajara casi un dólar.
Los futuros del crudo Brent para entrega en mayo cayeron 97 centavos, para cerrar en 113,93 dólares el barril, disminuyendo fuertemente desde un máximo más temprano de 117,29 dólares.
El crudo en Estados Unidos para entrega en abril bajó 35 centavos, para cerrar en 101,07 dólares, lejos de su máximo de 103,66 dólares.
Desde la primera semana de enero, cuando comenzaron las protestas de jóvenes en Túnez que terminaron con la renuncia del presidente Zine el Abidine Ben Ali, las condiciones comenzaron a cambiar para el mercado petrolero.
Estas revueltas se convirtieron en el detonante que ha prendido los ánimos de miles de jóvenes en Egipto, Libia, Yemen, Argelia, Jordania, el Líbano y Bahrein.
Las alteraciones políticas en el Medio Oriente y el norte de África preocupan a muchos, pues la zona es estratégica para el suministro de crudo y otros hidrocarburos a nivel mundial, especialmente para Europa.
En la región se ubica Arabia Saudí, primer productor de crudo del mundo, y se teme que su oferta petrolera pueda resultar afectada por los conflictos de sus vecinos.
La zona también alberga a Irán, otro importante miembro de la OPEP.
El área en conflicto es estratégica además por la producción y distribución de gas natural hacia Europa, así como por la cantidad de estrechos que se utilizan de canales de navegación para el transporte de hidrocarburos.
Energía alterna en discusión
La crisis en la planta de energía nuclear de Fukushima también ha sumado detonantes al encendido mercado.
Muchos países desarrollados han comenzado a cuestionarse si la energía nuclear es una alternativa segura ante el petróleo. Europa decidió revisar el estado de sus plantas y algunos otros han anunciado la suspensión en la aprobación de nuevas centrales, entre ellos China, la segunda economía más grande del mundo.
La situación energética mundial por su puesto ha tenido repercusiones en Venezuela.
La pasada semana la cesta de crudo nacional llegó a cotizarse en 101,26 dólares por barril, el valor más alto alcanzado en los últimos dos años. Pero la volatilidad del mercado hizo que esta semana la canasta bajara 3,69 dólares, hasta los 97,57 dólares el barril.
El ministerio de Energía y Petróleo, notificó en una nota de prensa que "los precios promedios bajaron esta semana, afectados por la incertidumbre en torno al impacto económico y en la demanda de crudo que pueda tener el terremoto y tsunami ocurrido en Japón".
El promedio del año del barril local es 89,47 dólares con lo cual existe un excedente de 49,47 dólares, debido a que el crudo de referencia para el presupuesto de este año se calculó a 40 dólares por barril.
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