Las estadísticas señalan que en promedio, los miembros de la Opep, excluyendo Irak, crecen 6,1% al año en este período y los países latinoamericanos que acompañan a Venezuela en las economías de mayor tamaño en América Latina, (Brasil, Argentina, México, Colombia y Perú) 3,4%.
En contraste, Venezuela sólo alcanza un crecimiento promedio anual de 2,3% a pesar de que el precio del petróleo se disparó y el barril le inyectó a las arcas del Gobierno 529 mil millones de dólares.
Barclays determina que si Venezuela hubiese crecido al mismo ritmo que el resto de los países de la OPEP su PIB sería en este momento 55,3% más grande y, si hubiese alcanzado las tasas de las principales economías latinoamericanas, el PIB sería 14,9% mayor.
Un elemento importante es que el bajo crecimiento ha sido acompañado de un incremento acelerado en la deuda de la República que desde un estimado de 31 mil 300 millones de dólares en 1998 se dispara hasta 98 mil millones en 2010.
Barclays Capital considera que el fracaso venezolano se explica porque la política económica que lleva adelante el Presidente Hugo Chávez, caracterizada por expropiaciones de empresas y controles ha exacerbado lo que técnicamente se conoce como la "maldición de los recursos naturales".
De acuerdo con esta óptica los países que dependen del petróleo se caracterizan por instituciones frágiles, alta volatilidad, voracidad fiscal y un desajuste donde las importaciones desplazan a la industria local.
La política de mantener anclado por mucho tiempo el tipo de cambio a pesar de que la inflación venezolana superaba con creces a la de sus socios comerciales, sobrevaluó la moneda, disparó las importaciones e impactó negativamente a la producción nacional.
Así, las exportaciones venezolanas registran una fuerte caída de 31% entre 1998 y 2010, acentuando la dependencia del país en el precio del barril.
Mientras que en 1998 el petróleo aportaba 78% de los dólares que ingresaban al país por exportaciones, al cierre de 2010 la proporción es de 95%.
El desmantelamiento del tejido empresarial, en un entorno de controles y sobrevaluación de la moneda es considerado como dramático.
El peso de la industria manufacturera dentro del PIB pierde peso aceleradamente y cae desde 16,9% a 9,3% en los últimos doce años.
Barclays indica que no cree que exista otro país que haya destruido su capacidad de producción en tan corto tiempo sin un conflicto bélico.
Si bien Venezuela ha disfrutado de un alza histórica en los precios del petróleo, que a manera ilustrativa basta observar que en 1998 se ubicaban en un promedio de 10,6 dólares y el año pasado en 72,7 dólares, las finanzas se deterioran.
En 1998 el déficit era 4% del PIB y al cierre de 2010 el estimado de Barclays es de 6,9%.
Para los próximos dos años el banco de inversión proyecta que Venezuela continúe creciendo a una tasa inferior a la de las principales economías latinoamericanas.
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