El avance del dólar ante el euro, se produce como un efecto rebote después de que el viernes la moneda única europea lograse alcanzar su cambio con el dólar más alto desde enero de 2010, impulsada desde que el jueves el Banco Central Europeo (BCE) decidió subir los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 1,25 %.
Dicha medida busca combatir la creciente inflación en la zona euro.
Esta medida deja al dólar como una moneda poco atractiva, ya que la Reserva Federal de Estados Unidos (el banco central de este país) insiste en mantener su política de que los tipos de interés estén por debajo del 0,25 %, mientras que el BCE ha dejado abierta la posibilidad de elevarlos aún más si persiste la presión inflacionista.
Al concluir esta primera sesión bursátil de la semana, por un euro se pagaban 1,4428 dólares frente a los 1,4457 del viernes, de forma que para hacerse con un billete estadounidense hacían falta hoy 0,6931 euros, frente a los 0,6917 requeridos el día anterior.
La divisa estadounidense se fortaleció también ante la libra esterlina, mientras que perdió terreno frente al franco suizo, el dólar canadiense y el yen japonés, entre otras, de manera que un dólar se cambiaba hoy a 84,62 yenes, comparado con los 84,84 de la sesión previa.
El dólar se debilitó ante el yen japonés un día en el que una nueva réplica de 7 grados Richter sacudió el noreste de Japón y causó un aviso de tsunami, aunque esta alerta fue finalmente despejada, justo cuando se cumple un mes del sismo de 9 grados y posterior tsunami del pasado 11 de marzo.
La nueva réplica hacía que los inversores volvieran a decantarse por la divisa japonesa, ya que se espera que el Gobierno y las empresas niponas tengan que utilizar un gran volumen de fondos en esa moneda para financiar la reconstrucción del país, que se prevé larga y costosa.
El dólar también se vio afectado aquel día por el miedo a que la falta de acuerdo para aprobar los presupuestos federales en el Congreso de Estados Unidos provocase la primera paralización del Gobierno en 15 años, pero finalmente lograron llegar a un pacto de última hora que prevé unos recortes de 38.500 millones de dólares.
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