“El "socialismo del siglo XXI" pretende consolidar al Estado como ductor de toda la vida nacional, incluso a través de la apropiación de empresas por la vía compulsiva de la expropiación injustificada”, aseguró Noel Álvarez, presidente de la patronal empresarial venezolana, Fedecámaras, blanco permanente de las críticas de Chávez y sus seguidores. Los gremios empresariales venezolanos criticaron duramente el martes la intención del gobierno del presidente Hugo Chávez de instaurar un “socialismo del siglo XXI” y exhortaron a reimpulsar la producción nacional, frenar la alta inflación y aprovechar los beneficios de la bonanza petrolera.
“Es así como se ha debilitado, mutilado y minimizado la iniciativa y la empresa privada, que tantos años de esfuerzo ha costado”, añadió.
“Hoy, en medio de la bonanza de precios petroleros, la magia de una revolución denominada socialismo del siglo XXI ha logrado en estos 12 años, contrario a toda lógica económica, generar un proceso de involución social”, estimó Álvarez.
El responsable aseguró a la AFP que el gobierno debería atender una serie de medidas para “rescatar el aparato productivo nacional”, como suspender la regulación de los precios de algunos alimentos básicos y el control de la tasa de cambio bolívar-dólar, así como mejorar la seguridad de los empresarios para favorecer la inversión y detener las expropiaciones.
En 1998 había 12.000 industrias en Venezuela “y hoy a duras penas llegamos a 7.000″, graficó.
“Si esto no cambia, el panorama seguirá siendo el mismo: caída de la inversión, de la producción, del PIB, alza de la inflación, menos empleo, más pobreza”, sentenció.
En lo que va del año, Venezuela -el mayor productor de petróleo de Sudamérica- acumula una inflación de 6%. Además, cerró 2010 con 27,2%, la tasa más alta de la región.
Paralelamente, el PIB cayó 1,4% en 2010 respecto a 2009.
El gobierno de Chávez impuso el control cambiario en 2003 y administra desde entonces la entrega oficial de divisas. Empresarios afirman que las concesiones de dólares no son suficientes para satisfacer la demanda de un país que importa la mayoría de los bienes que consume.
“Debemos reactivar la economía venezolana. El consumo está en franca caída”, afirmó Fernando Morgado, presidente de la asociación Consecomercio.
“El problema de la escasez de productos es cierto” y se debe a medidas del gobierno de Chávez como “la no asignación de divisas y el cierre de algunas industrias, lo que ha hecho que el país deba recurrir ahora de forma urgente a importaciones masivas” que impulsan la inflación, afirmó.
“El año 2003 Venezuela importaba un 1% de carnes. Para el año 2010, importamos entre 51 y 52% de la carne que consumimos. En apenas siete años deterioramos por mitad la producción nacional”, comentó por su parte Manuel Heredia, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), a la AFP.
Las numerosas expropiaciones en el sector agropecuario impactan negativamente a las inversiones y llenan de temor a los empresarios, afirmó.
“No hay comunicación con el gobierno”, lamentó.
Chávez, en el poder desde 1999, impulsa un proceso denominado “rescate de tierras” muy criticado por sus detractores. En total, han pasado al control estatal unos 2,5 millones de hectáreas, pero apenas unas 50.000 de ellas están productivas, según cálculos del sector.
Desde 2007, el gobierno lleva adelante además un proceso de nacionalizaciones en áreas estratégicas de la economía como el petróleo, las telecomunicaciones o la electricidad.
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